Giorgia Meloni tildó de "infantil" y "superficial" la idea de que Italia tenga que elegir bando entre Estados Unidos y Europa, insistiendo en que hará lo que sea necesario para defender los intereses de su país.
En su primera entrevista con un diario extranjero desde que asumió el cargo en 2022, la primera ministra italiana afirmó que "redunda en interés de todos" superar las graves tensiones en la relación transatlántica, y calificó de "demasiado políticas" las reacciones de algunos líderes europeos ante Donald Trump.
La líder conservadora nacionalista italiana dejó claro que no veía al presidente estadounidense como un adversario y que seguiría respetando al "primer aliado" de Italia.
"Soy conservadora. Trump es un líder Republicano. Seguramente estoy más cerca de él que de muchos otros, pero entiendo a un líder que defiende sus intereses nacionales", dijo Meloni. "Yo defiendo los míos".
En un momento de creciente alarma en Europa por la administración Trump, Meloni dijo que muchas quejas de la Casa Blanca sobre las prácticas comerciales y el gasto en defensa de Europa simplemente se hicieron eco de anteriores administraciones estadounidenses.
Hablando apenas unas horas antes de que Trump anunciara aranceles del 25% sobre las importaciones de automóviles, Meloni dijo que EE.UU. había estado persiguiendo durante mucho tiempo una agenda cada vez más proteccionista, incluso con la Ley de Reducción de la Inflación de Joe Biden. "¿De verdad creen que el proteccionismo en EE.UU. lo inventó Donald Trump?".
Meloni también dijo que esperaba que el enfoque de "confrontación" de Trump sobre la defensa europea fuera un "estímulo" muy necesario para que el continente asuma la responsabilidad de su propia seguridad. "Me gusta decir que la crisis siempre esconde una oportunidad", afirmó.

Meloni destacó la estabilidad política que ha aportado a Italia desde su victoria electoral en octubre de 2022, señalando que ahora lidera el quinto gobierno más longevo de la historia de posguerra de su país. Su dominio del panorama político italiano, unido a una gestión fiscal relativamente prudente, ha contribuido a tranquilizar a los mercados financieros respecto a la elevada carga de la deuda italiana.
Pero Italia, como el resto de Europa, se enfrenta ahora a un orden mundial convulso, con la administración Trump rebajando sus compromisos de seguridad y declarando la guerra económica a sus aliados tradicionales.
Eso ha dejado a Meloni -que mantiene desde hace tiempo lazos con el partido republicano estadounidense y fue la única líder europea que asistió a la toma de posesión de Trump- en una situación política especialmente difícil. "Nuestras relaciones con EE.UU. son las más importantes que tenemos", afirmó.
Durante la entrevista en las oficinas del Palazzo Chigi, Meloni subrayó la importancia de evitar una ruptura transatlántica, esbozando su visión de garantías de seguridad para Ucrania y de una respuesta no confrontacional a la ofensiva arancelaria de Trump.
"Italia puede tener buenas relaciones con [EE.UU.] y si hay algo que Italia también pueda hacer para evitar una confrontación [de EE.UU.] con Europa y tender puentes, lo haré, y es en interés de los europeos".
La primera mujer premier de Italia entró en política siendo una activista adolescente de un partido marginal de extrema derecha fundado por los camaradas supervivientes del dictador fascista Benito Mussolini. Conocida por su encendido estilo de campaña, en la oposición Meloni fue una euroescéptica feroz que arremetió contra los burócratas de Bruselas que no rinden cuentas, criticó la "política woke" de la izquierda italiana y prometió medidas duras para frenar la inmigración ilegal.
Desde que asumió el cargo, Meloni ha moderado su mensaje, forjando relaciones de trabajo eficaces con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y tranquilizando a los inversores con planes presupuestarios relativamente ahorrativos. Sus esfuerzos por desviar a los inmigrantes irregulares a centros de detención en Albania han sido rechazados por los tribunales, lo que ha provocado tensiones con el poder judicial.
A diferencia de otros líderes europeos de extrema derecha -algunos de los cuales tenían lazos históricos con el presidente ruso Vladimir Putin-, Meloni también fue una firme defensora de Ucrania tras la invasión de Rusia.

Meloni ha tratado de evitar cualquier atisbo de crítica a la Casa Blanca, manteniendo un perfil estudiadamente bajo, incluso cuando los ataques de la administración Trump han sido recibidos con indignación por otros líderes europeos.
Meloni llegó a decir que simpatizaba con el mordaz ataque del vicepresidente estadounidense J. D. Vance a Europa por abandonar supuestamente su compromiso con la libertad de expresión y la democracia.
"Tengo que decir que estoy de acuerdo", afirmó. "Llevo años diciéndolo...Europa se ha perdido un poco a sí misma".
Las críticas de Trump a Europa no iban dirigidas a su pueblo, sino a su "clase dirigente... y a la idea de que en lugar de leer la realidad y encontrar formas de dar respuestas a la gente, puedes imponer tu ideología a la gente".
Aunque la Comisión ha prometido tomar represalias contra los aranceles de Trump, Meloni quiere que la UE mantenga la compostura. "A veces tengo la impresión de que simplemente respondemos instintivamente", dijo. "En estos temas hay que decir: 'Mantengan la calma, chicos. Vamos a pensar'".
En concreto, Meloni argumentó que, aunque los niveles arancelarios globales entre EE.UU. y Europa eran más o menos equivalentes, los elevados aranceles sobre algunos artículos concretos estaban causando fricciones. "Hay grandes diferencias en las mercancías individuales", dijo. "En eso tenemos que trabajar para encontrar una solución buena y común".
Pero dijo que la UE se veía frenada por la lentitud de su proceso de toma de decisiones. "No es fácil competir con alguien que en un día puede firmar 100 órdenes ejecutivas", dijo.
Mientras muchos en Europa temen que Trump se esté preparando para coaccionar a Ucrania hacia un acuerdo de paz desfavorable, Meloni ha expresado su fe en sus esfuerzos, al tiempo que ha insistido repetidamente en la necesidad de garantías sólidas para asegurar que Rusia no reinicie la guerra en el futuro.
Sigue mostrándose escéptica ante la propuesta francesa y británica de enviar una "fuerza de seguridad" europea a Ucrania, que, según ella, podría ser vista por Moscú como una provocación. "Tenemos que tener cuidado. Puede verse más como una amenaza", afirmó.

En cambio, aboga por ampliar la cláusula de defensa mutua del Artículo 5 de la OTAN a Ucrania -sin admitir realmente a Kiev en la alianza-, lo que, según ella, sería "más fácil y eficaz" que otras propuestas.
La idea ha desconcertado a los funcionarios europeos, ya que la defensa colectiva es la esencia de la OTAN y EE.UU. se ha negado a extender esas garantías a Ucrania.
El primer ministro británico, Sir Keir Starmer, y el presidente francés, Emmanuel Macron, han encabezado los esfuerzos para movilizar el apoyo a Kiev, visitando la Casa Blanca para convencer a Trump y convocando múltiples reuniones de líderes de la UE y jefes de defensa. Meloni, en cambio, ha optado por un papel más discreto.
"No me interesa decir: 'Soy la que está en el medio, soy protagonista'", dijo. "Ahora no. Hay demasiado en juego".
Muchos gobiernos europeos, incluido el alemán, están embarcados en planes de rearme de gran alcance, convencidos de que, pase lo que pase en Ucrania, Rusia será el mayor problema de seguridad de Europa. Meloni es más ambigua.
A la pregunta de si considera a Rusia una amenaza a largo plazo, Meloni respondió: "Creo que podría serlo. Pero en cualquier caso, creo que tenemos que encontrar la manera de estar preparados para defendernos de cualquier tipo de amenaza que podamos tener".
A pesar de sus afinidades ideológicas, Italia está en el punto de mira de Trump dado su crónico subejercicio en defensa, que se sitúa en sólo el 1,5% del PBI, muy por debajo del objetivo del 2% de la OTAN. Meloni dijo que, como "persona seria" que quería "representar a una nación seria", cumpliría sus compromisos.
Bruselas está flexibilizando las normas fiscales de la UE para favorecer el gasto en defensa y ha propuesto un programa de préstamos de 150.000 millones de euros (más de u$s 162.000 millones) para adquisiciones militares. Pero ambos planes aumentarían la deuda italiana, que ya representa el 135% del PBI, y podrían elevar los costos de endeudamiento.
Meloni dijo que era "un poco preocupante", dados sus esfuerzos por sanear las finanzas públicas. También pidió que la relajación de las normas fiscales dure más de cuatro años. Roma esperará a ver los términos finales de estos planes antes de decidir cómo proceder, añadió.
Haciendo un guiño a la fuerte tradición pacifista de Italia y a la oposición dentro de su propia coalición a un mayor gasto en defensa, Meloni argumentó que la seguridad debería definirse de forma amplia, incluyendo la ciberseguridad, la inmigración ilegal y otras amenazas híbridas. Al igual que otros países mediterráneos, Italia quiere asegurarse de que no se ignoran las amenazas procedentes de África contra los miembros de la OTAN.
"Hay que entender que las amenazas pueden venir de 360°. Así que si simplemente pensás que puedes defenderte, ocupándote del flanco oriental, y no tenés en cuenta, por ejemplo, lo que ocurre en el flanco meridional, vas a tener un problema".
La amenaza de aranceles estadounidenses se produce cuando la economía italiana ya está perdiendo impulso, y los economistas temen que Roma no esté haciendo lo suficiente para aumentar la productividad. Italia también tiene dificultades para gastar los fondos comunitarios del programa NextGenerationEU, pues hasta ahora sólo ha gastado 64.000 millones de euros (más de u$s 69.000 millones), poco más de la mitad del dinero que ha recibido.
Pero Meloni afirmó que su Gobierno está trabajando para atraer a más inversores extranjeros y respaldar proyectos transformadores a largo plazo. Eso incluye esfuerzos para convertir a Italia en un centro de importación de energía de África, cuya estabilidad y perspectivas económicas Meloni considera inextricablemente ligadas a las de Europa.
"No me quedo acá simplemente para calentar la silla", dijo. "Estoy acá para hacer cosas buenas por mi país: para dejarlo mejor de lo que la encontré".

















