Hace unas semanas nos preguntábamos si Jay Powell había tenido suerte o había sido bueno: si una política inteligente de la Reserva Federal había causado, o simplemente coincidido, con el rápido descenso de la inflación en los dos últimos años. Si se piensa que Powell y la Fed han tenido suerte en su mayor parte -y muchos economistas piensan que así ha sido-, uno se siente tentado a llevar el escepticismo más allá. ¿Y si la política de tasasdel banco central es siempre un espectáculo secundario sin sentido o casi sin sentido en las economías y los mercados? ¿Y si las tasas de interés oficiales son en su mayoría epifenoménicas, es decir, acompañan a los cambios importantes en lugar de provocarlos? En Wall Street, la opinión de que la política de la Fed es epifenoménica es herética. Si es verdad, mucho de lo que dicen, hacen y creen los inversores, analistas y expertos no son más que elaborados rituales en honor de una deidad que no existe. Hay gente seria que opina así. Aswath Damodaran, de la Universidad de Nueva York, actualizó recientemente en su blog su defensa del epifenomenalismo de la Reserva Federal. Sostiene que: Damodaran no es el único. El año pasado, Martin Sandbu, del Financial Times, en un artículo titulado '¿Y si los bancos centrales no pueden hacer nada contra la inflación?' argumentó que: "[Existe] un análisis sólido que puede explicar prácticamente todo el comportamiento de la inflación tanto en Estados Unidos como en la eurozona, como serían las repercusiones temporales de un sector a otro de una serie de grandes disrupciones de la oferta...[Si] ésta es la verdadera explicación de los acontecimientos... no había nada que la política monetaria pudiera haber hecho para evitar los estallidos de inflación de los dos últimos años, y la política monetaria actual no está contribuyendo en nada a que la inflación vuelva a bajar". Sandbu no llegó al epifenomenalismo político. Pensaba que la política de tasas puede tener efectos, pero que esta vez serán "exclusivamente perjudiciales" porque debilitarán la economía cuando la inflación ya está muerta. Pero es fácil ver cómo su argumento podría extenderse a otros incidentes inflacionarios que siguieron a shocks de oferta, y quizás más allá. En The Wall Street Journal, Spencer Jakab hace una observación similar en el contexto del mercado de valores, comparando Powell con el Mago de Oz: "El gran y poderoso hombre detrás de la cortina del banco central, Jay Powell, realmente no puede hacer tanto como la gente piensa para evitar que sus carteras se marchiten si las ruedas ya están empezando a salir de la economía". Utiliza el ejemplo del recorte de tasas de 2007, que inicialmente provocó una suba de las cotizaciones bursátiles, pero que no pudo -ni siquiera cuando se vio reforzada por muchas otras rebajas- impedir que unos meses más tarde se iniciara una recesión. Incluso en momentos menos extremos, argumenta Jakab (citando el trabajo de David Kostin, estratega jefe de renta variable estadounidense de Goldman) el impulso económico, y no la política de la Fed, ha sido decisivo para los mercados durante los ciclos de recorte detasas. Jakab no va tan lejos como Damodaran, que sostiene que la política de tasas tira de una palanca que no está conectada a nada. Pero su argumento apunta muy claramente en esa dirección. Hay una discusión más larga sobre si el epifenomenalismo de los bancos centrales es cierto. Para demostrarlo, habría que describir, y refutar, la teoría estándar de cómo las tasas de interésoficiales controlan otros tasas de interés. Pero asumamos que el epifenomenalismo es una posibilidad. La pregunta interesante para los inversores es: ¿qué harían de forma diferente si supieran que la Fed sigue, en lugar de dirigir, a los mercados y a la economía real? En primer lugar, les preocuparía mucho menos los "errores de la Fed", en concreto los excesos de la Fed que conducen a la recesión. Recordemos que mucha gente estaba muy preocupada por esto en 2022, y probablemente estaban subexpuestos al riesgo al entrar en el glorioso año 2023 como resultado. Pero si los inversores hubieran ignorado el endurecimiento de la Fed y se hubieran fijado únicamente en los fundamentals y en los flujos de caja de las empresas, ¿se habrían mantenido alcistas?