Para lograr un buen vino se necesita tierra, agua y sol en dosis adecuadas. Este contacto y dependencia estrecha de la naturaleza hizo que los Roca, bodegueros por tradición familiar, se embarquen en un programa de producción sustentable desde la uva hasta la botella.
"Uno de los recursos más críticos en la zona de Cuyo es el agua, por eso decidimos aplicar riego por goteo. Insume menos agua y tiene más precisión que el sistema tradicional de riego por canales", explica Alejandro Roca, enólogo y director de la bodega. La firma fue fundada por su padre Alfredo en la década del 70, para industrializar la producción de los viñedos de su abuelo, quien inició esta actividad a principios del siglo XX, al adquirir 114 hectáreas en San Rafael, Mendoza. Hoy trabajan en ella, además de sus padres y hermanas, 26 empleados en la parte de producción y entre 5 y 15 más en los viñedos, según sea o no tiempo de poda o cosecha.
La bodega exporta el 70% de su producción de 800 mil botellas anuales a Estados Unidos, Brasil, Canadá, Colombia, Panamá, Este de Europa, Reino Unido y China. "Para competir en los mercados internacionales se requiere una alta calidad, por eso decidimos certificar algunas normas como la ISO 9001 y las BPM (Buenas Prácticas de Manufactura). Lo hicimos para ordenarnos y trabajar en forma más profesional, no por una exigencia de los mercados externos", dice Alejandro Roca.

Para reconvertir su sistema de riego, la bodega hizo una inversión de $ 10 mil por hectárea, a través de créditos que ofrece la provincia. "Creemos que el consumidor, sobre todo en mercados maduros como el europeo, valora este esfuerzo. En países como Canadá, donde es el estado el que compra y regula la distribución de las bebidas alcohólicas, la producción sustentable es tenida en cuenta en las licitaciones", cuenta el bodeguero.
Reducir y reciclar
Bodegas Roca participa del Programa Federal de Producción Más limpia, financiado con fondos del BID, y forma parte además de la Comisión de Sustentabilidad de Bodegas de Argentina. "Si bien nuestra actividad no es considerada como contaminante, hay muchas cosas que se pueden hacer para mejorar nuestra relación con el ambiente", dice Roca.
La firma tiene un plan para optimizar el uso de la energía y el manejo de los residuos. Se separa todo aquello que es cartón, vidrio y plástico y se entrega a cooperativas de cartoneros para su reciclado. Los orujos (piel y semilla) y escobajos son devueltos al viñedo para mejorar el suelo. Con esto se reducen los efluentes, que luego de ser tratados, se usan para riego en una plantación forestal dentro del predio del viñedo. En tanto, se implementó un cambio de luminarias por lámparas de bajo consumo, que ya está repercutiendo en un ahorro de costos.

El próximo paso en la bodega será medir la propia huella de carbono. Por el momento realizan la trazabilidad del producto desde la materia prima hasta el producto final, algo que se ve facilitado por contar con viñedos propios. "Tenemos un plan de expandir la producción, y para esto nos asociaremos con otros productores, la idea es que no sean meros proveedores sino que participen del negocio aceptando nuestras normas de calidad", dice Roca.
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