

En el sur de La Rioja se encuentran las pozas termales de Arnedillo, uno de los lugares más especiales para una escapada invernal. Son piscinas naturales y gratuitas, abiertas todo el año y las 24 horas, ubicadas junto al río Cidacos y rodeadas por las montañas de la Sierra de Cebollera.
Según el Ayuntamiento de Arnedillo, son aguas minero-medicinales clasificadas como clorurado-sódicas, sulfatado-cálcicas y bromuradas, ricas en minerales como magnesio, silicio, hierro o rubidio. Además, han sido encomendadas para tratar problemas de reumatismo, afecciones respiratorias, contracturas musculares o, simplemente, para liberar tensiones acumuladas.

Estas aguas se calientan de forma natural: la lluvia se filtra por terrenos areniscos y desciende hasta unos 3500 metros, donde puede alcanzar 120 ºC al contactar con capas calizas. Luego asciende de nuevo a la superficie y emerge a unos 52 ºC, temperatura que permite disfrutar de las pozas incluso en pleno invierno.
Arnedillo ofrece mucho más que sus termas
Bañarse en las pozas requiere algo de valentía: muchos visitantes prefieren esperar al verano y se limitan a observar a los más atrevidos desde la distancia. Pero Arnedillo ofrece mucho más que sus termas.
El Mirador del Buitre permite ver buitres leonados sobrevolando el valle, y la ermita de San Miguel destaca por su entorno y por la tradicional Procesión del Humo, que cada noviembre recorre las calles del pueblo.
Quienes disfrutan del senderismo pueden recorrer la Vía Verde del Cidacos, una antigua vía ferroviaria transformada en camino, con túneles, tramos junto al río y paisajes muy atractivos. También se conservan restos del castillo y un pequeño casco histórico perfecto para pasear antes o después del baño.
Arnedillo es un destino ideal para una escapada invernal que combine relax, naturaleza y bienestar.











