Historia

La muralla romana mejor conservada del mundo está en España y es Patrimonio de la Humanidad

Un legado milenario que sigue asombrando a locales y visitantes.

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En el corazón de Galicia, la ciudad de Lugo alberga una joya arquitectónica única: la muralla romana mejor conservada del mundo. Construida en el siglo III d.C., esta imponente estructura de 2266 metros de longitud rodea el casco histórico de la ciudad, ofreciendo un testimonio vivo de la ingeniería y el legado romano en la península ibérica.

Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000, la muralla de Lugo se distingue por ser la única fortificación romana que se conserva íntegra en todo su perímetro. Con una altura que varía entre los 8 y 12 metros y un grosor de hasta 4,2 metros en algunos tramos, esta estructura monumental ha resistido el paso del tiempo, manteniendo intactos 71 de sus 85 torreones originales.

Un paseo por la historia del Imperio Romano

Una de las experiencias más emblemáticas que ofrece la muralla es la posibilidad de recorrer su adarve o paseo superior. Este recorrido, accesible de manera gratuita, permite a locales y turistas rodear el casco antiguo de Lugo, disfrutando de vistas panorámicas y una conexión directa con la historia. 

Exterior de la puerta de San Fernando, en Lugo. (Imagen: Wikimedia Commons)

A lo largo del paseo, es posible apreciar las diferentes técnicas constructivas empleadas por los romanos, así como las diversas restauraciones que han asegurado su conservación a lo largo de casi 1800 años.

La muralla cuenta con diez puertas que facilitan la comunicación entre el centro histórico y el resto de la ciudad. Originalmente, disponía de menos accesos, pero con el tiempo se han añadido nuevas entradas para mejorar la conectividad. Entre ellas, destaca la Puerta Miñá, la más antigua y de mayor valor histórico, que ofrece una visión de la arquitectura defensiva romana en su estado más puro.

Reconocimientos y hermanamientos internacionales de este Patrimonio de la Humanidad

El valor histórico y cultural de la muralla de Lugo ha sido reconocido en múltiples ocasiones. Además de su declaración como Patrimonio de la Humanidad, en 2007 fue hermanada con la Gran Muralla China, estableciendo un vínculo simbólico entre dos de las fortificaciones más emblemáticas del mundo. Este hermanamiento busca promover el intercambio cultural y resaltar la importancia de preservar estos monumentos para las futuras generaciones.

La UNESCO destacó la muralla de Lugo como un ejemplo excepcional de la ingeniería militar romana, subrayando su relevancia en la conservación del urbanismo histórico de la ciudad. Este reconocimiento ha posicionado a Lugo como un destino turístico de primer orden, atrayendo a miles de visitantes interesados en explorar su patrimonio y sumergirse en su rica historia.

La muralla de Lugo en la vida contemporánea

Lejos de ser un vestigio aislado del pasado, la muralla de Lugo se integra plenamente en la vida cotidiana de la ciudad. Sus diez puertas no solo conectan físicamente el casco antiguo con las áreas modernas, sino que también simbolizan la unión entre la historia y la contemporaneidad. Eventos culturales, festivales y actividades recreativas se desarrollan en torno a la muralla, revitalizando su presencia y asegurando su relevancia en la actualidad.

Cada año, en el mes de junio, Lugo celebra el Arde Lucus, una festividad que revive su pasado romano con desfiles, recreaciones históricas y diversas actividades para todas las edades. Esta celebración ha ganado renombre, atrayendo a participantes de toda España y del extranjero, y consolidándose como una de las fiestas de recreación histórica más destacadas del país.

Vista del adarve, o paseo de ronda, y de una porción del muro. (Imagen: Wikimedia Commons)

Conservación y legado para el futuro

La excelente conservación de la muralla de Lugo se debe en gran medida a las continuas labores de restauración y mantenimiento que se han llevado a cabo a lo largo de los siglos. Estas intervenciones han permitido que, a pesar del tiempo transcurrido, la estructura se mantenga en un estado casi impecable, ofreciendo a las generaciones presentes y futuras la oportunidad de contemplar y aprender de este legado histórico.

El uso de materiales locales, como el granito y la pizarra, en su construcción, ha contribuido a su durabilidad y resistencia. Además, la muralla ha sabido adaptarse a los cambios urbanos, integrándose en el desarrollo de la ciudad sin perder su esencia ni su función original.

Visitar la muralla de Lugo es más que un recorrido turístico; es un viaje al pasado que permite comprender la grandeza del Imperio Romano y apreciar la importancia de la conservación del patrimonio histórico. Ya sea paseando por su adarve, explorando sus puertas o participando en las festividades locales, la muralla ofrece una experiencia única que combina historia, cultura y comunidad. 

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