Es un pueblo fantasma, queda en Cáceres y guarda increíbles tesoros arquitectónicos
El lugar de origen feudal es una gran propuesta para los fanáticos de la historia y de las construcciones antiguas.
Los turistas que viajan por España tienen una amplia gama de posibilidades, ya que dentro del territorio existen localidades maravillosas para ser visitadas en una escapada con todo tipo de propuestas pensadas para satisfacer los gustos de la gente.
Sin embargo, el país no solamente cuenta con pueblos bonitos que centran su actividad en el turismo. En un grupo bastante particular se encuentran los municipios que están en estado de abandono y que, aunque no ofrecen mucho a los viajeros, son una tentadora opción para hacer escapadas.
En este segundo grupo aparece un pueblo fantasma de la provincia de Cáceres, un lugar que conserva muchos tesoros arquitectónicos que atraen a muchas personas que desean conocer su historia y, porqué no, tener una experiencia diferente.
Escapadas: ¿cuál es el pueblo fantasma de Cáceres con tesoros arquitectónicos?
Granadilla es una antigua villa amurallada que en tiempos pasados fue un importante señorío de Granada, cuyas principales edificaciones han sido abandonadas hace tiempo y se convirtieron en un conjunto arquitectónico muy atrapante.
En el año 1960 el pueblo de Granadilla fue expropiado por el Estado, y posteriormente se integró al municipio de Zarza de Granadilla. Pero lo llamativo del caso está en otro lado: el lugar ha permanecido completamente deshabitado desde hace ya varias décadas.
Pese a esto, muchos viajeros de todas partes de España se acercan hasta allí para conocer de cerca esas edificaciones, especialmente aquellos que sienten curiosidad por la historia y se consideran fanáticos de los patrimonios histórico-culturales que hay en las diferentes zonas de España.
¿Qué pasó con los habitantes de Granadilla?
A mediados del siglo XX, más precisamente en el año 1955, la villa de Granadilla fue desalojada al convertirse en una zona inundable tras la construcción del embalse de Gabriel y Galán. Los estudios realizados en ese momento indicaban que el pueblo podía quedar bajo el agua, y por lógica se tomó esa decisión.
Lo llamativo del caso es que, a pesar de esas advertencias y de haber dejado al lugar sin gente, el agua nunca cubrió al pueblo. Es por eso que los antiguos habitantes que se mudaron de allí todavía sueñan con volver a vivir en el que fue su hogar tiempo atrás.
Escapadas: ¿qué ver en Granadilla?
Al acercarse al pueblo se puede apreciar el castillo de Granadilla, una construcción centenaria que impacta a todos los viajeros. Desde lo alto de esta fortaleza se puede ver la muralla del pueblo, que pese a no contar con todas sus almenas tiene el recorrido completo de la misma.
El embalse es otro punto interesante, no solamente porque fue lo que motivó a las autoridades a desalojar el pueblo, sino también por lo imponente de su estructura. El lago artificial que alberga es, en gran medida, un interesante atractivo.
El hecho de que no haya que pagar nada para ingresar a esta villa antigua, llama la atención de aquellas personas que cuentan con poco presupuesto para viajar y que gustan de lugares como estos, en los que reina la calma y el silencio que en ciudades grandes no pueden encontrar.
Escapadas: ¿cómo llegar a Granadilla desde Cáceres?
Desde la ciudad de Cáceres hasta Granadilla hay una distancia de 100 kilómetros, y para llegar desde un lugar a otro se recomienda tomar la carretera A-66, lo cual demanda un tiempo de 1 hora aproximadamente para quienes viajan en automóvil.