El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, aterrizó en Pekín en medio de una coyuntura internacional marcada por la guerra comercial entre Estados Unidos y China. La visita, aunque planificada con antelación, cobra especial relevancia debido al contexto global: mientras Washington impone aranceles extraordinarios a Pekín, Sánchez busca fortalecer los lazos con la potencia asiática.
Acompañado por sus ministros de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y de Agricultura, Luis Planas, Sánchez llegó a China tras una escala en Vietnam. Es su tercera visita al país asiático en poco más de dos años, y se enmarca en una estrategia coordinada con la Unión Europea para diversificar mercados y construir puentes con economías clave en el nuevo escenario geopolítico.
Una apuesta por el multilateralismo frente a las advertencias de Estados Unidos
El Gobierno español insiste en que este viaje no es una respuesta a la actitud de Estados Unidos, pero reconoce que la visita cobra un valor simbólico ante la creciente tensión comercial. De hecho, el propio Sánchez señaló que España puede desempeñar un rol de "constructor de alianzas" entre los países europeos y China, subrayando la voluntad de abrirse a nuevos socios sin romper con sus aliados tradicionales.
Pese a las advertencias del secretario del Tesoro estadounidense, quien afirmó que un acercamiento a China sería "como cortarse el cuello", el Ejecutivo español minimiza la amenaza. Sánchez defendió en Vietnam su visión de un "mundo de puertas abiertas", celebró la tregua arancelaria impulsada por Trump como una oportunidad de diálogo y reafirmó el compromiso de España y la UE con el libre comercio y el multilateralismo.
Economía, inversiones y diplomacia: una agenda ambiciosa en Pekín
Durante su estadía, Sánchez se reunirá con el presidente Xi Jinping y el primer ministro Li Qiang para abordar tanto temas económicos como políticos.
Uno de sus objetivos clave es reducir el desequilibrio comercial con China, que en 2024 registró importaciones por 45.000 millones de euros frente a exportaciones españolas de solo 7400 millones. Además, mantendrá encuentros con grandes empresas chinas para atraer inversiones a España.
La agenda también incluye la firma de acuerdos bilaterales. Entre ellos, se espera un protocolo que facilite la entrada de cosméticos españoles en el mercado chino, tras las quejas del sector en la visita del año anterior.
También podría anunciarse un acuerdo fitosanitario en materia agropecuaria. Además, Sánchez y Xi podrían conversar sobre la guerra en Ucrania y la futura visita de los Reyes de España a China prevista para noviembre.
Con información de EFE.