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España sigue batiendo récords en el sector turístico. Según las previsiones presentadas por la Mesa del Turismo, el país alcanzará en 2025 una cifra “redonda e histórica”: cerca de 100 millones de turistas extranjeros. Este crecimiento no solo refleja la recuperación del sector tras la pandemia, sino que también confirma su papel como pilar económico, con más de 70.000 millones de euros de superávit previstos en la Balanza de Pagos.

La noticia ha sido celebrada por el sector, aunque también ha servido para lanzar una advertencia. “No debemos caer en la autocomplacencia”, afirmó Juan Molas, presidente de la Mesa del Turismo. La competencia de nuevos destinos en el Mediterráneo exige reforzar la diferenciación, calidad y sostenibilidad de la oferta española.

El incremento en las reservas aéreas anticipa un nuevo récord de llegadas internacionales en 2025.
El incremento en las reservas aéreas anticipa un nuevo récord de llegadas internacionales en 2025.

Un 2026 optimista, si no hay sorpresas

Las estimaciones son optimistas para el próximo año y también para 2026. “Si no hay ningún acontecimiento internacional o nacional que perjudique la actividad turística, podemos tener un 2026 francamente bueno”, subrayó Molas. Las claves de esta previsión positiva están en el incremento de las reservas aéreas, así como en el crecimiento del turismo de congresos, eventos y reuniones (turismo MICE).

Además, sectores como el del camping viven una etapa de crecimiento significativo, con fuertes inversiones privadas. Aunque no representan un gran volumen dentro del total del turismo, “sí ayudan a mejorar la marca España”, remarcó el presidente del organismo.

Diversificación del turismo y gasto de calidad

Otro de los ejes que destaca el informe es la creciente importancia del turismo sanitario y el turismo de incentivos, dos modalidades con un gasto diario por visitante muy superior a la media. Este tipo de viajero busca una experiencia más personalizada y sofisticada, lo que representa una oportunidad para desestacionalizar la demanda y elevar la rentabilidad por visitante.

España también aspira a consolidar su liderazgo frente a rivales cada vez más competitivos como Grecia, Turquía, Chipre, Croacia, Montenegro y Albania. Para ello, se insiste en reforzar elementos como la infraestructura, la movilidad y la regeneración de destinos maduros, claves para mantener la fidelidad del turista internacional.

El turismo urbano, cultural y de congresos cobra fuerza como alternativa al modelo estacional de sol y playa.
El turismo urbano, cultural y de congresos cobra fuerza como alternativa al modelo estacional de sol y playa.Fuente: ShutterstockShutterstock

Reclamo urgente de un plan nacional turístico

A pesar de las cifras prometedoras, el sector se enfrenta a obstáculos estructurales. Juan Molas criticó que España lleve tres años sin aprobar presupuestos generales, lo que limita seriamente las inversiones públicas en áreas clave. “Es urgente un plan nacional de inversiones turísticas a 15 años como mínimo”, insistió. Las prioridades: mejorar infraestructuras, digitalización, vivienda y transporte.

El turismo no solo genera ingresos directos, también impacta en el empleo, la promoción internacional y la imagen del país. Por ello, el sector pide consenso político y visión a largo plazo. La oportunidad es histórica, pero el reto está en no desaprovecharla. España está cerca de los 100 millones de turistas, pero su verdadero desafío es gestionar ese éxito sin perder calidad ni sostenibilidad.