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La guerra comercial entre los Estados Unidos y China ha vuelto a encenderse, pero esta vez con un inesperado protagonista español: el economista Pau S. Pujolas, cuyo estudio fue utilizado por la administración Trump para justificar sus aranceles. Sin embargo, el investigador advierte que su trabajo nunca respaldó medidas tan extremas como las aplicadas.

En una entrevista con EFE, Pujolas, profesor en la McMaster University de Canadá, aclaró que su investigación buscaba prevenir conflictos comerciales, no incentivarlos. Según sus cálculos, realizados con un superordenador, los aranceles óptimos en casos de déficit comercial deberían oscilar entre el 10% y el 25%, dependiendo del contexto. Trump, en cambio, ha impuesto tarifas del 125% a productos chinos, una cifra que, según el experto, perjudicará a ambas economías.

El estudio que Trump malinterpretó

El artículo "Trade Wars with Trade Deficits", publicado por Pujolas y su colega Jack Rostbach a finales de 2024, analiza cómo los países con déficit comercial podrían beneficiarse temporalmente de imponer aranceles. Sin embargo, el economista insiste en que su trabajo era una advertencia para que las instituciones internacionales regularan estos desequilibrios y evitaran escaladas.

"Dependiendo del tamaño del déficit, un país puede ganar más imponiendo aranceles de lo que pierde si el otro lado responde", explica Pujolas. "Pero eso no significa que debamos hacerlo. El objetivo era alertar, no promover guerras comerciales".

La Casa Blanca, sin embargo, usó el estudio para defender su ofensiva contra China, ignorando las recomendaciones clave: equilibrio y moderación.

Trump vs. la ciencia: aranceles cinco veces más altos de lo recomendado

Mientras el modelo de Pujolas y Rostbach sugiere aranceles entre el 10% y el 25%, Trump ha impuesto tarifas del 125% a productos chinos, una medida sin precedentes en la historia comercial moderna. El economista catalán ya está analizando el impacto de esta decisión, pero adelanta: "Será malo para China, pero también para los EE.UU. y sus ciudadanos".

El problema, según el académico, es que aranceles extremos distorsionan los mercados, encarecen los productos y reducen el poder adquisitivo. "No es una guerra que gane nadie", sentencia. Además, su estudio revela que, en el caso de la Unión Europea, cualquier medida arancelaria mutua sería contraproducente para ambas partes.

La solución: libre comercio y cooperación internacional

Frente a la escalada de Trump, Pujolas propone una salida radicalmente opuesta: "La respuesta ideal para la UE y China es no imponer aranceles, sino firmar acuerdos de libre comercio". Según él, las instituciones creadas tras la Segunda Guerra Mundial, como la OMC, existen precisamente para evitar este tipo de conflictos.

El mensaje final del economista es claro: "Las guerras comerciales empobrecen a todos. La única victoria posible es la cooperación". Mientras Trump sigue adelante con su estrategia, el estudio que citó para justificarla señala el camino contrario.