

Con las nuevas normativas europeas y a la implementación de herramientas tecnológicas avanzadas, el control de Hacienda sobre billeteras digitales ha dejado de ser una opción para convertirse en una prioridad fiscal.
La Agencia Tributaria contempla a los criptoinversores como un colectivo clave. Es por este motivo que ya no se limita a grandes fortunas, ahora también rastrea a usuarios con actividad "normal" en criptodivisas.
El objetivo de este nuevo tipo de control es interceptar criptomonedas sin declarar y sancionar a quienes no incorporen estos activos en su declaración de la renta.

Modelo 172, 173 y 721: el arsenal normativo
Desde 2024, España exige que las plataformas de intercambio -como Binance, Kraken o Bit2Me- informen sobre saldos anuales (Modelo 172) y todas las transacciones (Modelo 173) realizadas por sus usuarios.
A partir de esta información, Hacienda tiene acceso a la cantidad de activos digitales que tienen los españoles, cuáles son sus movimientos y su valoración en euros.
Además, todos los contribuyentes que mantengan más de 50.000 euros en criptomonedas en el extranjero deben presentar el Modelo 721, lo que implica declarar saldo, tipo de cripto y cambio aplicable a 31 de diciembre.
De no hacerlo, se exponen a multas que pueden alcanzar los 20.000 euros por cada dato omitido, más recargos adicionales hasta el 150% del valor no declarado.
Inspecciones, sanciones y embargos digitales
La Agencia Tributaria ha puesto en marcha una campaña de inspecciones específicas contra criptoactivos, tanto a plataformas como a particulares, y ampara embargos sobre estos activos como si fueran cuentas bancarias.
La excusa legal para esta ofensiva es la transposición de la directiva DAC-8, que se aplicará plenamente en 2026, aunque España comenzó a hacerlo a partir de este año.
Lo anterior se suma a la inversión en inteligencia artificial y sistemas de análisis predictivo, con los que Hacienda cruza datos bancarios, registrales y redes sociales para detectar patrones de actividad sospechosa. No declarar criptomonedas ya no es una cuestión de pasar desapercibido.

Qué deben hacer los contribuyentes para evitar problemas
Revisar los extractos cripto: es esencial que cada contribuyente conozca sus movimientos y el tiempo durante el cual ha mantenido cada tipo de moneda digital.
Declarar todas las operaciones: cualquier venta, intercambio entre criptomonedas o recepción de recompensas (como airdrops) debe ser incluida en la declaración del IRPF, especialmente en las casillas 1800-1814 y la casilla 33 en el caso del rendimiento por staking.
Presentar los modelos informativos correspondientes: el Modelo 172 para saldos en criptomonedas, el Modelo 173 para transacciones realizadas, y el Modelo 721 para quienes posean más de 50.000 euros en criptoactivos fuera de España.
Mantener una trazabilidad impecable: resulta clave conservar archivos CSV, identificadores de transacción y justificantes bancarios. Esta documentación permitirá rechazar errores en los borradores automáticos de la Agencia Tributaria.
Corregir a tiempo: si un contribuyente detecta un fallo, debe rectificar su declaración o presentar una complementaria antes de recibir un requerimiento oficial. Hacerlo a tiempo reduce las multas. En cambio, ocultar activos deliberadamente puede acarrear sanciones de hasta el 150% del valor no declarado.
Seguir estos pasos y realizar una declaración de patrimonio completa puede ser la clave para evitar la amenaza de embargos digitales y sanciones millonarias por parte de Hacienda.














