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La estructura de accionistas de Telefónica está experimentando cambios significativos. La compañía española está en medio de una competencia feroz entre grandes inversores internacionales y entidades nacionales. Este escenario se ha intensificado con la entrada de (STC), controlada por el gobierno de Arabia Saudí, que ha adquirido un notable paquete accionarial en la empresa española.

Reconfiguración del accionariado en Telefónica

El gobierno español, junto con socios estratégicos como CriteriaCaixa y BBVA, ha estado consolidando su participación en Telefónica para contrarrestar la influencia saudí. Actualmente, CriteriaCaixa y la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) del gobierno poseen cada uno aproximadamente el 10% del capital de Telefónica. BBVA, otro socio histórico, controla cerca del 4,87% de las acciones de la compañía.

La intención de estas entidades es mantener el control sobre una empresa que consideran clave para la soberanía tecnológica y la seguridad nacional de España. La SEPI ha vuelto a tener una presencia significativa en la compañía por primera vez desde la privatización de Telefónica hace 25 años. Esta medida se ha tomado en un momento de profunda transformación digital, donde la teleco juega un papel crucial.

El avance de Saudi Telecom

A pesar de los movimientos defensivos por parte de los accionistas nacionales, Saudi Telecom ha anunciado sus planes de seguir aumentando su participación en Telefónica. Actualmente, STC posee un 4,97% de las acciones de manera directa y un 5,075% de forma indirecta, utilizando derivados financieros. Este aumento ha sido posible gracias a una reciente reducción de capital en Telefónica, que elevó automáticamente el porcentaje de las participaciones.

La legislación española, conocida como "escudo antiopas", obliga a los inversores extranjeros a obtener autorización del gobierno para superar ciertos umbrales de participación en empresas estratégicas. Para Telefónica, este umbral es del 5% debido a su relevancia para la defensa y la seguridad nacional. Sin embargo, Arabia Saudí aún no ha solicitado oficialmente este permiso, aunque planea hacerlo próximamente para formalizar su posición.

Diferentes estrategias y perspectivas futuras

Saudi Telecom ha expresado públicamente su intención de cooperar con Telefónica y ha mostrado confianza en el crecimiento del grupo español, apuntan desde El Periódico de España. Sin embargo, las autoridades españolas siguen vigilantes y se preparan para cualquier intento de aumentar la participación saudí más allá del límite establecido sin la debida autorización.

El gobierno de España ha reforzado su presencia en el consejo de administración de Telefónica, con la SEPI ya contando con un representante y considerando la posibilidad de solicitar un segundo asiento. Esta estrategia refleja la importancia que se le da a la teleco en el contexto de la seguridad nacional y la digitalización del país.

Conclusiones

El futuro de Telefónica se encuentra en una encrucijada, con intereses nacionales e internacionales en juego. Mientras Arabia Saudí sigue con su plan de aumentar su influencia en la compañía, el gobierno español y sus aliados estratégicos buscan mantener el control.

Este conflicto de intereses subraya la importancia de Telefónica no solo como una empresa líder en telecomunicaciones, sino también como un activo estratégico para España en la era digital. La evolución de esta situación será crucial para el futuro de la industria de las telecomunicaciones en España y su posición en el mercado global.