

Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea alcanzaron un consenso político sobre el euro digital, lo que abre la puerta a que los Veintisiete cierren un acuerdo definitivo antes de fin de año. La medida busca establecer un marco regulador claro para esta divisa digital, que podría redefinir la forma en que los ciudadanos europeos realizan pagos.
El presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, destacó que tras la discusión entre los ministros se logró un debate "muy productivo". Añadió que hubo "amplio consenso" sobre el procedimiento para fijar límites al uso de esta moneda, aunque todavía no se determinaron cifras concretas.
El Banco Central Europeo (BCE) se comprometió a mantener un diálogo previo con los Estados antes de decidir sobre la emisión final del euro digital, un aspecto que refuerza la necesidad de un marco político sólido en torno a este proyecto.

Euro digital: consensos y límites en debate
Uno de los puntos centrales de la discusión fue la definición de un límite máximo de euros digitales que cada ciudadano podrá almacenar en sus monederos virtuales. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, fue clara al señalar que establecer cifras en esta etapa resulta "prematuro".
En el pasado, la entidad monetaria había sugerido un tope de 3000 euros, aunque por el momento esa cifra no se incluyó en el acuerdo político. La preocupación principal es que, sin límites, exista una transferencia masiva de fondos desde cuentas bancarias tradicionales hacia el euro digital, lo que podría afectar la estabilidad financiera y los beneficios del sistema bancario.
"Hay un urgencia creciente de llegar a un acuerdo y afrontar los temas que quedan abiertos", advirtió el comisario europeo de Economía, Valdis Dombrovskis, al remarcar la necesidad de avanzar con rapidez.
El euro digital como proyecto estratégico para Europa
El euro digital no solo es visto como un medio de pago moderno, sino también como un proyecto de soberanía económica. Lagarde subrayó la importancia de que el acuerdo "asegure las competencias de las instituciones" y al mismo tiempo atienda las inquietudes de quienes consideran que la divisa "no es solo un medio de pago sino también un comunicado político sobre la soberanía de Europa".
En la misma línea, el ministro de Finanzas belga, Vincent Van Peteghem, calificó al euro digital como un "proyecto estratégico" que puede convertirse en "un activo para la Unión Europea y la zona euro".
El objetivo es reforzar la infraestructura europea de pagos transfronterizos, reduciendo la dependencia de empresas estadounidenses y evitando que los ciudadanos recurran a alternativas como las stablecoins, consideradas menos seguras.
Próximos pasos para el euro digital
El BCE trabaja en este proyecto desde 2021 y prevé finalizar la fase de "preparación" en octubre. Una vez concluida, será necesario que los Estados y el Parlamento Europeo aprueben la legislación antes de dar luz verde a la siguiente etapa.
Bruselas y Fráncfort coinciden en que el euro digital podría fortalecer el peso internacional del euro en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas. Sin embargo, todavía persisten voces críticas que advierten sobre posibles riesgos para la banca tradicional y la estabilidad económica.
Con el consenso político alcanzado, el compromiso de los Veintisiete es cerrar un acuerdo definitivo antes de fin de año, con la Eurocámara como último paso legislativo.













