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El rey Juan Carlos I vive sus días con una mezcla de nostalgia, enfermedad y una necesidad creciente de reconciliación familiar. Desde su exilio en Abu Dabi, el emérito ha manifestado su deseo de reencontrarse con su nieta, la princesa Leonor, pero su anhelo más íntimo -tener una fotografía con ella en la Armada- parece más lejano que nunca.

La heredera al trono se encuentra navegando a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano como parte de su formación militar y la última vez que pudo verse con el emérito fue durante su instrucción en la Escuela Naval de Marín.

Entonces, Felipe VI y Letizia accedieron a una reunión privada, según señalan fuentes cercanas a Zarzuela, para "descomprimir la presión mediática" generada por nuevas polémicas sobre la figura del emérito.

Hoy, esa flexibilidad parece haberse evaporado. "No todos los encuentros son posibles", fue la frase que, según allegados a la Casa Real, resume la negativa a permitir un nuevo reencuentro.

Tiembla la Corona Española | Juan Carlos I tiene como ultimo deseo ver a Leonor pero la Casa Real lo tiene prohibido: "No todos los encuentros son posibles". Fuente: Archivo
Tiembla la Corona Española | Juan Carlos I tiene como ultimo deseo ver a Leonor pero la Casa Real lo tiene prohibido: "No todos los encuentros son posibles". Fuente: ArchivoFuente: EFELavandeira

La residencia de Juan Carlos I en Portugal: un paso más cerca de España

A sus 87 años, Juan Carlos I ha decidido buscar una nueva residencia en Portugal, en lugares tan simbólicos como Cascais y Estoril, donde su padre, Don Juan, vivió también exiliado.

Según medios españoles, el emérito estuvo la semana pasada visitando mansiones y planea regresar en los próximos días para explorar más opciones. La razón no es solo logística, sino emocional: "No quiero morir solo ni lejos de mi país", habría dicho en su entorno.

Los viajes a Sanxenxo, donde suele asistir a regatas, se volverían más accesibles desde Portugal, y la esperanza de un último encuentro con sus nietas, más cercana. Sin embargo, fuentes del entorno de Felipe VI aseguran que "no está previsto ningún acto público ni privado" entre el emérito y Leonor durante la travesía del Elcano.

El ocaso del emérito: salud deteriorada y aislamiento familiar

La salud de Juan Carlos I se ha deteriorado severamente. Tras múltiples operaciones de rodilla y cadera, hoy sufre una artrosis avanzada que le ha dejado la pierna izquierda inmóvil.

Aunque en público utiliza un bastón y se apoya en su equipo de seguridad, en su día a día ya depende de una silla de ruedas. A finales de marzo viajó al hospital La Tour en Ginebra para someterse a nuevas pruebas y renovar las pilas de su marcapasos.

"La medicina regenerativa ya no le da resultados", explican fuentes médicas. Su situación médica obliga a acelerar decisiones personales, entre ellas, encontrar un lugar más adecuado para vivir sus últimos años.

Leonor, entre el afecto y el deber institucional

Aunque la relación pública entre Leonor y su abuelo esté totalmente limitada por cuestiones de imagen institucional para la Casa Real, el vínculo personal persiste. El emérito mantiene comunicación habitual con sus nietas, especialmente con Leonor. "Le escribe por WhatsApp y la llama con frecuencia", aseguran desde su entorno.

A bordo del Juan Sebastián Elcano, Leonor sigue con atención las noticias que involucran a su familia, aunque sabe que en este contexto, la fotografía junto a su abuelo no será posible.

"Tal vez cuando vuelva a Marín en julio", especulan en su entorno. Para entonces, Juan Carlos I podría estar instalado definitivamente en la costa portuguesa, esperando una última oportunidad de acercarse.

Tiembla la Corona Española | Juan Carlos I tiene como ultimo deseo ver a Leonor pero la Casa Real lo tiene prohibido: "No todos los encuentros son posibles". Fuente: Archivo
Tiembla la Corona Española | Juan Carlos I tiene como ultimo deseo ver a Leonor pero la Casa Real lo tiene prohibido: "No todos los encuentros son posibles". Fuente: Archivo