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La guerra en Ucrania entra en una fase diplomática de alta tensión. La Unión Europea (UE) exige un alto el fuego "incondicional y duradero" y vuelve a señalar a Rusia como única responsable del conflicto.
Al mismo tiempo, en Washington, el presidente estadounidense, Donald Trump, plantea sanciones "muy duras" contra ambosbandos y compara la contienda con "una pelea de niños en un parque".
Estas posiciones opuestas amenazan con fracturar la estrategia occidental frente al Kremlin. Mientras Bruselas afina su 18.º paquete de medidas para cortar el flujo energético ruso, el Senado de EE. UU. debate un proyecto de ley que aplicaría tarifas récord del 500% a cualquier país que siga comprando petróleo, gas o uranio a Moscú.

Rusia es el agresor: la línea roja de la UE mientras Trump amenaza a Kiev
"Es absolutamente claro quién es el agresor. Rusia empezó la guerra y es el culpable de esta tragedia", remarcó la portavoz comunitaria Anitta Hipper en rueda de prensa.
La UE insiste en que el cese de hostilidades solo será aceptable si conlleva una paz "justa y duradera". Para reforzar la presión, Bruselas trabaja en un nuevo paquete de sanciones que incluiría la prohibición del Nord Stream, la bajada del tope al petróleo ruso y más restricciones bancarias. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, confirmó que el borrador ya circula entre los Veintisiete.
El presidente Trump advirtió que impondrá sanciones "muy duras" a Rusia y Ucrania si la guerra no termina pronto. Durante una reunión en la Casa Blanca, justificó su postura con una comparación llamativa:"A veces ves a dos niños pequeños peleando en un parque. Quizá deban pelear un rato antes de separarse".
Sus palabras inquietan a Bruselas, que teme una ruptura en el frente transatlántico justo cuando intenta elevar el coste de la guerra para el Kremlin.
El proyecto de tarifas del 500% que sacude el Capitolio
En paralelo, el senador Lindsey Graham impulsa la "Sanctioning Russia Act 2025", que prevé un arancel del 500% sobre cualquier importación procedente de países que sigan comprando energía rusa. La iniciativa cuenta con respaldo bipartidista, aunque la Casa Blanca pide esperar para no desestabilizar los mercados.
Si se aprueba, la medida castigaría a grandes compradores como India, China o Turquía, y podría elevar los precios globales del crudo. Analistas ven el plan como la herramienta de presión más agresiva contra los ingresos energéticos de Moscú desde 2022.
Aunque la UE y EE. UU. comparten el objetivo de aislar a Rusia, sus ritmos divergen. Bruselas necesita unanimidad para sancionar y avanza "paso a paso", sin fecha para el paquete 18.º. Washington, en cambio, plantea acciones unilaterales inmediatas.
La reunión en Berlín entre Ursula von der Leyen y el senador Graham buscó acercar posiciones, pero el calendario electoral en EE. UU. y la dependencia energética de algunos socios europeos complican un frente cohesionado.













