

La exploración del planeta Marte despierta desde hace décadas la curiosidad científica y pública. Cada misión aporta datos que no solo enriquecen el conocimiento sobre el sistema solar, sino que también avivan teorías y debates.
Si bien entre los hallazgos más llamativos suelen encontrarse formaciones que parecen tener un origen humano, en realidad son producto de la naturaleza.
En los últimos años, diferentes misiones de la NASA y de la Agencia Espacial Europea han captado imágenes que muestran estructuras con patrones geométricos.
Por su apariencia, evocan ruinas de antiguas civilizaciones, pero en verdad se trata de procesos geológicos que moldearon el terreno marciano durante miles de millones de años.

La llamada "Ciudad Inca": la formación más misteriosa de Marte
Una de las estructuras que más atención ha recibido es la conocida como "Ciudad Inca", ubicada en Angustus Labyrinthus, cerca del polo sur del planeta. Fue identificada por la sonda Mariner 9 en la década de 70 y debe su nombre a la similitud con ruinas de civilizaciones andinas.
Según explica la ESA, la red lineal de crestas se formó a partir de fracturas en la corteza generadas por impactos de asteroides. Con el tiempo, el magma ascendió por esas grietas y creó diques resistentes a la erosión. La erosión diferencial dejó al descubierto estos patrones geométricos que hoy parecen los restos de una ciudad perdida.
Los hallazgos recientes del rover Perseverance
El rover Perseverance, que aterrizó en Marte en febrero de 2021, ha llevado la exploración un paso más allá. Su misión en el cráter Jezero busca señales de vida microbiana antigua y pistas sobre la evolución geológica del planeta rojo.
Entre sus descubrimientos destaca la roca apodada "Silver Mountain", que data de hace unos 4000 millones de años. Sus texturas inéditas ofrecen información sobre la historia temprana de Marte y las condiciones que prevalecían entonces.
El robot también identificó otra formación bautizada como "St. Pauls Bay", compuesta por cientos de pequeñas esferas grises de formas variadas. Los científicos investigan si estas estructuras se originaron por procesos volcánicos, sedimentarios o impactos de meteoritos.
Por qué estas formaciones son clave para el futuro de la exploración
Aunque visualmente se asemejen a ciudades en ruinas, estas formaciones son en realidad pruebas de la compleja geología de Marte. Analizarlas permite reconstruir la historia del planeta y valorar si pudo albergar vida en el pasado.

Además, estudiar el terreno tiene un valor práctico: ayuda a identificar áreas de interés científico y recursos útiles para futuras misiones tripuladas. Cada nuevo hallazgo acerca a la humanidad al objetivo de enviar astronautas a Marte y entender mejor los misterios del sistema solar.
El atractivo de estas imágenes demuestra hasta qué punto la imaginación humana busca referentes conocidos en lo desconocido. Lo que parecen restos de civilizaciones antiguas son, en realidad, las huellas de un planeta en constante transformación, que sigue ofreciendo pistas sobre sus orígenes y sobre el futuro de la exploración espacial.
















