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Un reciente hallazgo científicoha demostrado que la presencia de árboles en entornos urbanos puede contribuir a una vida más larga y saludable. Investigaciones a gran escala han evidenciado que vivir en zonas con vegetación densa y bien distribuida está asociado con un menor riesgo de mortalidad por causas naturales.

Los árboles urbanos desempeñan un papel relevante en la regulación del clima, la reducción de la contaminación y el fomento de la actividad física. Estas variables influyen directamente en la calidad de vida y en la longevidad humana, lo que convierte a la infraestructura verde en un factor clave para el bienestar en las ciudades modernas.

Hallazgo científico: la relación entre árboles y longevidad humana

Investigadores del Future Cities Lab, perteneciente al ETH Zurich y la Universidad Nacional de Singapur, analizaron datos de más de seis millones de personas entre 2010 y 2019. Para ello, estudiaron la estructura del arbolado en un radio de 500 metros desde cada vivienda, evaluando:

  1. Superficie cubierta por árboles.
  2. Distancia entre grupos de árboles.
  3. Nivel de fragmentación de las zonas verdes.
  4. Forma geométrica del arbolado.

El hallazgo clave del estudio fue que las personas que residen en zonas con copas de árboles amplias y bien conectadas presentan un menor riesgo de mortalidad. En contraste, los espacios verdes fragmentados y mal distribuidos no ofrecen los mismos beneficios.

Diseño urbano sostenible: clave para la longevidad humana

Los datos del estudio refuerzan la necesidad de diseñar ciudades donde los árboles estén bien distribuidos y conectados.

A pesar de que aún faltan estudios que expliquen con precisión los mecanismos que vinculan el arbolado urbano con la longevidad humana, se pueden extraer algunas recomendaciones clave:

  • Conectar las áreas verdes mediante corredores ecológicos.
  • Evitar la fragmentación del arbolado urbano.
  • Diseñar espacios verdes con formas simples y compactas.
  • Distribuir equitativamente los espacios arbolados en toda la ciudad.

Además, desde una perspectiva de sostenibilidad, integrar áreas verdes en el diseño urbano ayuda a reducir el efecto isla de calor, mejorar la calidad del aire y disminuir el consumo de energía para climatización.