Descubrimiento excepcional: encuentran un templo perdido en las ruinas de Pompeya
Investigadores encontraron un santuario fuera de lo común en la ciudad perdida de Pompeya. Qué es lo que lo diferencia de otros y por qué se trata de un descubrimiento increíble.
El misterio de la ciudad de Pompeya sigue fascinando a los arqueólogos. Descubierta en 1748, esta antigua población romana quedó sepultada tras la erupción del volcán Vesubio en el año 79 d.C.
Cientos de años después de que salió a la luz, esta ciudad romana continúa revelando sus secretos. Recientemente, un grupo de investigadores ha encontrado otra pista de cómo funcionaba la vida de las clases más altas.
El nuevo descubrimiento en Pompeya
Investigadores encontrados un templo pintado de color azul en las ruinas de Pompeya. Este todo de color era considerado uno de los más valiosos debido a la complejidad de su producción y su importación desde lugares lejanos como Egipto y el Mediterráneo oriental.
Este templo se sitúa en la sección número 10 del noveno sector de Pompeya, un área que no había sido explorada previamente y que fue sepultada por la erupción del Monte Vesubio en el 79 d.C.
El hallazgo se realizó en la Regio IX, uno de los nueve distritos de la ciudad, actualmente foco de importantes proyectos arqueológicos.
Decorado con imágenes de mujeres que simbolizan las cuatro estaciones y escenas de agricultura y ganadería, el espacio ha sido interpretado por el Parque Arqueológico de Pompeya como un "un sagrario, un santuario dedicado a actividades rituales y al almacenamiento de objetos sagrados".
Un descubrimiento increíble
Gabriel Zuchtriegel, director del parque arqueológico de Pompeya, describió a la cadena de noticias NBC News que el hallazgo es "algo muy inusual" para la antigua ciudad romana.
Entre los elementos más llamativos encontrados en el sitio están ánforas y montones de conchas de ostra en el umbral, que probablemente se usaban en mezclas de yeso y mortero.
Mishael Quraishi, estudiante del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), uno de los académicos trabajando en el lugar, destacó lo excepcional del sitio debido a la concentración del azul egipcio, el primer pigmento sintético creado a partir de cobre.
Sophie Hay, otra experta en el equipo, explicó que los frescos fueron pintados sobre yeso húmedo, lo cual ha ayudado a que los colores se mantengan vibrantes a lo largo de los siglos. También resaltó que esta técnica romana ha permitido la preservación de estos vibrantes tonos.
Este descubrimiento es parte de un esfuerzo mayor para proteger y conservar Pompeya, que ya abarca más de 13.000 estancias en 1.070 edificaciones, constituyendo la excavación más grande de esta generación.
Recientemente, se dieron a conocer al público pinturas de Helena de Troya y otros héroes griegos, hallazgos de un comedor con paredes negras inusuales, pensadas para ser tema de conversación durante los banquetes.
"Hace dos mil años, alguien lo miró por última vez. Ahora somos los primeros en volver a verlo", reflexionó Gabriel Zuchtriegel.