

Los españoles tendrán que retrasar sus relojes una hora en la madrugada del sábado 25 al domingo 26 de octubre, con motivo de la entrada en vigor del horario de invierno.
Al igual que en años anteriores, el último fin de semana de octubre forzará a cambiar la hora y a las 03:00 del domingo serán las 02:00, con lo que a partir de entonces amanecerá más pronto pero también habrá menos luz solar por la tarde ya que anochecerá antes.

El cambio de hora, que ocurre dos veces al año -adelantando los relojes para el horario de verano y retrasándolos para el de invierno-, reaviva un debate constante sobre su verdadera necesidad. Este debate cobró fuerza recientemente, cuando más de 200 organizaciones firmaron la Declaración de Barcelona sobre Políticas del Tiempo, pidiendo su abolición definitiva. Una práctica considerada por muchos como "desfasada".
Por qué se sigue cambiando el horario
Desde hace años existe un debate activo sobre la conveniencia del cambio horario, y la Unión Europea planteó en su momento la posibilidad de eliminar los ajustes estacionales. De momento, España mantiene la práctica al menos hasta 2026, según el calendario oficial del BOE.
El argumento clásico a favor es el ahorro energético: adaptar la actividad humana a la luz solar disponible. Pero expertos y estudios recientes ponen en duda su eficacia real, dada la evolución tecnológica y los nuevos hábitos de consumo.
Además, el ajuste de horas puede afectar de forma temporal los ritmos de sueño, la productividad y el bienestar, aunque la mayoría de las personas se adapta en pocos días.
¿Terminará en 2026?
En conversación con la agencia de noticias EFE, la codirectora de Time-Use Initiative, Ariadna Güell, ha señalado que el cambio de hora tiene "efectos negativos a corto y largo plazo" para la salud ya que "acabamos desincronizados entre nuestra hora del reloj y la hora del sol" y eso, asegura, incrementa la posibilidad de padecer trastornos del sueño, un factor de riesgo para enfermedades graves como diabetes, dolencias cardíacas e incluso algunos tipos de cáncer.

"Ahora mismo el 60% de los países del mundo no tienen cambio de hora", una cuestión que refuerza la reivindicación, ante las autoridades de la UE, para que finalice también esta costumbre en los países europeos.
De hecho, una encuesta de 2019 reflejó que el 90% de los europeos se mostraba de acuerdo con la posible abolición por lo que, ese mismo año, el Europarlamento y la Comisión Europea elaboraron un proyecto al respecto que, finalmente, quedó paralizado por la pandemia.
"Ahora el nuevo Parlamento Europeo que ha salido de las elecciones tendrá que reiniciar este proceso" afirma Güell, que ve "factible" una abolición del cambio de hora en España para 2026, "en caso de que la Unión Europea dé luz verde".












