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En el primer año en vigor de la reforma laboral, que cambió los contratos formativos, se firmaron 63,875 contratos para la obtención de la práctica profesional y, de acuerdo a los datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), el 41,63% (26,592) de estos contratos se convirtieron en indefinidos.
La reforma ha permitido que el contrato formativo tenga ahora dos modalidades: una para la obtención de la práctica profesional para titulados y otra para la formación en alternancia para quienes aún están en formación. Mientras que los contratos para la obtención de la práctica profesional han tenido una alta conversión a indefinidos, solo el 5,3% (2,150) de los contratos de formación en alternancia han sido convertidos a indefinidos.
Los sindicatos argumentan que esto se debe a la naturaleza misma de los contratos de formación en alternancia, ya que se trata de un trabajo a tiempo parcial mientras se continúa con la formación y tiene una duración de hasta dos años, en comparación con el máximo de un año de duración de los contratos para la obtención de la práctica profesional.
Por otro lado, fuentes de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) señalan que el contrato para la obtención de la práctica profesional aún requiere de un desarrollo reglamentario, como la concreción de los itinerarios formativos, por lo que muchas empresas prefieren convertirlos en indefinidos en lugar de prorrogarse.
Para las empresas, el coste de un trabajador con contrato indefinido y el de uno con un contrato de formación es el mismo, por lo que, al quedarse con un trabajador titulado y formado en la empresa, optan por transformarlo en fijo.
Qué valoran los sindicatos
"Creemos que tanto el contrato de formación en alternancia como el de obtención de la práctica profesional son dos buenos instrumentos para insertar a los jóvenes en el mercado de trabajo", indicó el vicesecretario general de Política Sindical del Sindicato Unión General de Trabajadoras y Trabajadores de España (UGT), Fernando Luján, en declaraciones a la Agencia EFE.
Por otro lado, el adjunto a la secretaría de Acción Sindical de la Confederación Sindical de Comisiones Obreras (CCOO), Raúl Olmos, destaca destacó al mismo medio que estos dos contratos, que no entraron en vigor hasta marzo, tienen aspectos por regular "pendientes de desarrollo reglamentario".
"España es, con diferencia, el país que menos contratos formativos tiene de la UE", apunta Olmos, algo que achaca a que, "hasta ahora, era un contrato precario más", una situación que habría cambiado a raíz de la reforma laboral, si bien todavía queden aspectos por desplegar para generalizarlos.
Luján considera que el Ministerio de Trabajo debe facilitar a las empresas información acerca de "estos dos magníficos instrumentos para la inserción laboral de los jóvenes".
Con todo, CCOO celebra que los nuevos contratos protejan en mayor medida a los trabajadores, ya que antes de la reforma laboral una "contratación formativa en fraude de ley" solo se convertía en indefinida si había irregularidad en el plano laboral, ahora también ocurre cuando la irregularidad se detecta en el plano formativo.
Esperando el estatuto del becario

"La foto completa la tendremos cuando se apruebe el estatuto del becario", asegura Olmos, algo con lo que el vicesecretario de UGT está de acuerdo, ya que, insiste, "mientras las empresas tengan la posibilidad de, a través de falsos becarios, sustituir la formación laboral, probablemente no se empleen (los contratos de formación) tan abundantemente".
Sindicatos y el Gobierno han llegado a un acuerdo sobre la regulación de las prácticas no laborales. Sin embargo, el Ejecutivo desea que la CEOE también se una a este acuerdo, lo que ha impedido su aprobación hasta el momento.
"Nuestra posición es que todo lo que sea mejorar el acuerdo lo podemos contemplar", apunta Luján, quien se muestra abierto a algún retoque para incluir a la patronal siempre que no altere el núcleo del texto ya acordado.
UGT ha expresado su opinión acerca de las prácticas no laborales. Una vez que estén reguladas, UGT cree que el contrato de formación en alternancia será el punto de partida y su uso y conversión en contratos indefinidos aumentarán.












