La enfermedad de Alzheimer afecta actualmente a más de 800.000 personas en España, una cifra que podría triplicarse en los próximos 30 años según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
Esta patología neurodegenerativa progresiva representa la causa más frecuente de demencia en nuestro país, constituyendo entre el 60% y el 80% de todos los casos diagnosticados. Pero antes de que la enfermedad se manifieste completamente, hay señales sutiles que podrían alertar sobre su desarrollo.
Identificar estos primeros síntomas resulta crucial para un diagnóstico temprano, lo que podría permitir intervenciones más efectivas y mejores resultados a largo plazo. Según un estudio publicado en The Journal of the Alzheimer's Association, detectar la enfermedad en sus fases iniciales podría retrasar su progresión hasta en varios años.
A continuación, exploramos cuáles son esas primeras señales de alerta que experimenta una persona antes de desarrollar completamente el Alzheimer.
Cambios cognitivos sutiles: las primeras alertas que no debes ignorar
Entre los síntomas iniciales más frecuentes se encuentra la pérdida de memoria a corto plazo. No se trata simplemente de olvidar dónde se han dejado las llaves ocasionalmente, sino de un patrón recurrente que interfiere con la vida diaria.
La Fundación Pasqual Maragall, dedicada a la investigación de esta enfermedad, señala que las personas pueden comenzar a olvidar conversaciones recientes, citas importantes o eventos significativos que ocurrieron hace poco tiempo, mientras conservan intactos los recuerdos más antiguos.
Otro indicio temprano es la dificultad para planificar y resolver problemas. Según investigadores del Hospital Clínic de Barcelona, las personas que posteriormente desarrollan Alzheimer pueden mostrar problemas para seguir un plan, trabajar con números o seguir una receta familiar que antes realizaban sin dificultad.
También es común experimentar confusión temporal o espacial, como perderse en lugares conocidos o tener dificultades para comprender el paso del tiempo. Un estudio publicado en el Journal of Neurology reveló que estos problemas de orientación pueden manifestarse hasta siete años antes del diagnóstico oficial.
Alteraciones en el lenguaje y cambios de personalidad como indicadores precoces
Los problemas de lenguaje constituyen otro signo revelador que puede manifestarse en las etapas iniciales. Las personas pueden tener dificultades para encontrar palabras adecuadas durante una conversación, repetir las mismas preguntas o utilizar términos incorrectos para nombrar objetos cotidianos.
Según la Confederación Española de Alzheimer (CEAFA), estos cambios en la comunicación pueden hacerse evidentes primero para familiares y amigos cercanos, mientras que el afectado suele restarles importancia.
Los cambios de personalidad y de estado de ánimo también pueden ser indicadores precoces significativos. Un informe del Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Neurodegenerativas (CIBERNED) destaca que aproximadamente el 40% de las personas con Alzheimer incipiente experimenta síntomas depresivos antes de que los problemas cognitivos sean evidentes.
La apatía, la pérdida de iniciativa y el desinterés por actividades anteriormente placenteras pueden ser signos sutiles pero relevantes. Algunos individuos también pueden volverse más suspicaces, confusos, temerosos o ansiosos sin una razón aparente, especialmente en entornos que antes les resultaban familiares y confortables.
Deterioro del juicio y cambios en la percepción visual: señales que anticipan el diagnóstico
La disminución del juicio o la toma de decisiones inapropiadas representa otra señal de alerta inicial que puede pasar desapercibida. Según investigadores del Banco de la Reserva Federal de Nueva York y de la Universidad de Georgetown, las personas pueden comenzar a tomar decisiones financieras cuestionables, descuidar su higiene personal o mostrar poco criterio en situaciones sociales.
Este deterioro del juicio, junto con los cambios en la percepción visual, como problemas para calcular distancias, distinguir colores o contrastar, pueden preceder en varios años al diagnóstico formal de la enfermedad.
Un estudio reciente publicado en Nature Medicine ha revelado que ciertos biomarcadores sanguíneos pueden detectar cambios cerebrales asociados al Alzheimer hasta 10 años antes de que aparezcan los síntomas clínicos evidentes.
Estos avances, junto con la identificación temprana de los primeros síntomas que hemos descrito, abren nuevas vías para el diagnóstico precoz y las intervenciones preventivas. Los expertos coinciden en que ante la presencia de cualquiera de estos signos, especialmente si persisten o empeoran con el tiempo, es fundamental consultar con un especialista para una evaluación completa.