Alerta máxima en Europa: detectan un brote de fiebre aftosa gracias a un mamífero que está en peligro de extinción, ¿qué medidas se tomaron?
Un brote de fiebre aftosa detectado en Berlín pone en jaque a las autoridades, que ya tomaron medidas para revertir la situación.
Un brote de fiebre aftosa, identificado en un rebaño de búfalos de agua en las afueras de Berlín, Alemania, ha encendido todas las alarmas sanitarias. Este es el primer caso registrado en el país en más de 35 años.
Las autoridades del estado de Brandeburgo han respondido con medidas estrictas para contener el virus y evitar su propagación, mientras los expertos trabajan para determinar su origen.
Fiebre aftosa en Alemania: ¿cómo se detectó el brote?
El brote fue descubierto tras el hallazgo de tres búfalos de agua muertos en una finca ubicada en las afueras de Berlín, en la localidad de Hoenow.
Según las autoridades del estado de Brandeburgo, el Instituto Nacional de Sanidad Animal de Alemania confirmó la presencia del virus de la fiebre aftosa en muestras extraídas de uno de estos animales.
Este hallazgo ha sido especialmente preocupante debido a que los búfalos de agua son una especie en peligro de extinción, y su implicación en el brote subraya la necesidad de monitorear tanto animales domésticos como especies vulnerables.
El resto del rebaño afectado fue sacrificado como medida inmediata para evitar la propagación del virus, mientras que se impusieron restricciones al transporte de animales susceptibles en la región.
El cierre preventivo de zoológicos en Berlín busca minimizar el riesgo de contagio indirecto. (Foto: Freepik.es)
Este caso pone de manifiesto la importancia de mantener estrictos controles sanitarios, especialmente en áreas con alta densidad agrícola y ganadera.
Las claves para prevenir futuros brotes de fiebre aftosa
Para evitar la reaparición de brotes como este, las autoridades y expertos recomiendan reforzar medidas de prevención y vigilancia en Europa. Estas son algunas de las principales acciones:
Fortalecer las inspecciones sanitarias: aumentar la frecuencia y rigurosidad de los controles en rebaños y explotaciones ganaderas.
Mejorar la bioseguridad en granjas: garantizar la limpieza de equipos, ropa y vehículos que entren en contacto con animales susceptibles al virus.
Monitorear especies en peligro de extinción: implementar programas de seguimiento específicos para detectar posibles contagios en animales vulnerables.
Establecer zonas de cuarentena: responder de forma inmediata y coordinada para aislar cualquier foco de infección.
- Educación y sensibilización: informar a agricultores y ganaderos sobre cómo prevenir la propagación del virus en sus instalaciones.