

La Dirección General de Tráfico (DGT) ha introducido una avanzada tecnología en los controles de alcoholemia: los alcoholímetros de aproximación. Estos dispositivos permiten identificar la presencia de alcohol en el aire exhalado por los conductores sin necesidad de que estos soplen, lo que agiliza y simplifica el proceso de control en carretera.
El aparato detecta la presencia de alcohol sin requerir contacto físico ni esfuerzo pulmonar por parte del conductor. Este método resulta especialmente beneficioso para personas con problemas respiratorios o en situaciones donde el conductor no puede soplar, como tras un accidente.
Estos nuevos alcoholímetros operan analizando las partículas de alcohol en el aire cercano a la boca del conductor. Para llevar a cabo la prueba, el agente acerca el dispositivo a la zona bucal del conductor mientras este habla o respira normalmente.

Ventajas y desventajas de los alcoholímetros de aproximación
Una de las principales ventajas de estos dispositivos radica en la celeridad y simplicidad con las que se pueden llevar a cabo los controles, lo que permite a los agentes incrementar el número de pruebas realizadas en un menor lapso de tiempo.
Además, al no requerir contacto físico, se optimiza la higiene y se disminuye el riesgo de contagios, un aspecto de suma relevancia en el contexto actual.
No obstante, es fundamental señalar que los resultados obtenidos con los alcoholímetros de aproximación son preliminares y carecen de validez legal por sí mismos. En caso de que el dispositivo indique la presencia de alcohol, es imperativo realizar una segunda prueba con un alcoholímetro tradicional homologado para validar el resultado.
En situaciones donde el conductor no pueda soplar por razones médicas, se puede optar por un análisis de sangre para determinar con precisión el nivel de alcohol en el organismo.

Uso de alcoholímetros y procedimientos a seguir
Los nuevos dispositivos de detección de alcohol son particularmente valiosos en situaciones en las que el conductor presenta dificultades para realizar la prueba de aliento, ya sea por condiciones de salud como el asma o a causa de lesiones resultantes de un accidente.
En estos casos, el alcoholímetro de aproximación permite a los agentes llevar a cabo una evaluación inicial de forma rápida y no invasiva.
Si el resultado de esta prueba preliminar es positivo, se procede a seguir un protocolo establecido que incluye la realización de una segunda prueba con un alcoholímetro convencional. En caso de que el conductor se niegue a someterse a la prueba o se presenten discrepancias en los resultados, se podrá solicitar una prueba de sangre en un centro médico autorizado.
Es esencial que los conductores sean conscientes de que negarse a realizar estas pruebas puede acarrear sanciones legales, que incluyen multas, pérdida de puntos en el carnet de conducir e incluso penas de prisión en situaciones graves.
Efectos en la seguridad vial y proyecciones a futuro
La incorporación de los alcoholímetros de aproximación marca un hito importante en la mejora de la seguridad vial en España. De acuerdo con estadísticas de la DGT, el alcohol está involucrado en más de la mitad de los accidentes de tráfico mortales en el país.
Al optimizar y acelerar los controles, estos innovadores dispositivos permiten a las autoridades detectar y sancionar de forma más eficiente a los conductores que manejan bajo los efectos del alcohol, lo que contribuye a disminuir tanto los accidentes como las víctimas en las carreteras.
Asimismo, la adopción de esta tecnología pone de manifiesto el compromiso de la DGT y la Guardia Civil con la innovación y la incorporación de nuevas herramientas para mejorar la efectividad de los controles de tráfico.
Se anticipa que, con el tiempo, estos dispositivos se integren de manera más amplia en los procedimientos estándar de control de alcoholemia, complementando los métodos tradicionales y ofreciendo una alternativa válida en situaciones específicas.













