

El sciolismo elaboró un Top 3 interno para justificar la ausencia en el debate presidencial del flamante Licenciado en Comercialización (Marketing), recibido ayer en la UADE. 1) Aún con su presencia, tampoco habría convencido a los votantes "independientes" que está tratando de pescar: "Ya no nos votaban antes, no nos sumaba ni nos restaba ir". 2) Iba a ser un cinco contra uno, por eso para un eventual ballottage, deslizaban ayer que podrían aceptar un "mano a mano" con otro candidato. 3) En línea con el "Todos contra Scioli", que sucedió in absentia, justificaban la imposibilidad defensiva: "Daniel no podía mostrar ahí sus diferencias con el Gobierno".
El Punto 3 es el arma de doble filo de la estrategia pública de campaña naranja: el refritado continuidad con cambios (estos últimos, expresados por lo bajo). Hay una prohibición discursiva sciolista, que marca los límites de su propio pensamiento al ser el postulante oficial: No entrar en contradicción con la Casa Rosada. Por eso los cortocircuitos que comenzaron a aparecer en el seno del kirchnerismo, el "Presidente de transición" de Estela de Carlotto primero, y la flexibilización de la cerrada negociación con los holdouts con Juan Manuel Urtubey como vocero informal (sumado a su mujer Karina Rabolini en otras áreas), son celebradas como una picardía en el búnker naranja. Y, controladas, lejos de las antiguas rencillas mutuas de difícil contención, las auspician.
Scioli lleva 12 años de ser el menos kirchnerista de los kirchneristas, y buscando superar el 40% necesita ahora más que nunca dar esa imagen. Con ayuda. Aníbal Fernández, que además de Jefe de Gabinete es candidato a suceder al gobernador bonaerense, enfrentó de nuevo al salteño. "Tanto lo que dice (Mauricio) Macri, como lo que dice Urtubey, que es más o menos lo mismo, lo que estaría es abriendo la puerta a una demanda colectiva de casi un producto bruto interno, que rompería a la Argentina definitivamente", se quejó el quilmeño, al tiempo que minimizó la propuesta: "Es la visión de un gobernador argentino no de un nuevo gobierno que todavía no se puede componer".
Enfrentados también en la visión de la legalización de la marihuana, Aníbal F. evitó confrontar con Scioli, cuando podría haberlo hecho. "Argentina demostró que no es necesario pagarle a los Fondos Buitre para acceder al financiamiento", se jactó el presidenciable hace dos semanas. Si bien agregó: "Seguiremos trabajando para pagarles al 100% de nuestros acreedores internacionales, pero en condiciones justas, legales, equitativas y sustentables". Más específico, sin el elíptico léxico sciolista, su asesor financiero, Miguel Bein, ya pone un número intermedio entre un pago total de lo que piden los holdouts a lo que ofrece el ministro Axel Kicillof en la eventual negociación sciolista.
Igual, para mostrar paz, en la cadena nacional número 42 del año, Cristina Fernández de Kirchner sentó ayer a un lado a Scioli y al otro (su izquierda) a Kicillof.













