Un joven de 19 años, invitado al casamiento tras el cual fue asesinada a balazos una pareja y su beba de un año y medio en Ibarlucea, cerca de Rosario, admitió ante la Justicia que él fue quien quemó el auto de las víctimas.
Aseguró que intentó llevar a la mujer herida hasta el hospital, tras un tiroteo en el que murieron su esposo y su beba pero que se "asustó" ante la posibilidad de ser interceptado por la policía, informaron hoy fuentes judiciales.
El fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos de Rosario, Gastón Ávila, hizo estas afirmaciones en una conferencia de prensa que brindó en el Centro de Justicia Penal de esa ciudad, en relación al hallazgo del cuerpo de Érica Romero (37) calcinado adentro de un auto Audi, incendiado tras el ataque a tiros en el que fueron asesinados su bebé, Elena, y su pareja, Maximiliano Giménez (33).
"Un joven de 19 años se presentó ayer en la Fiscalía y declaró que él se subió al auto cuando pudieron sacarlo de un zanjón, al que había caído en la huida de las víctimas", señaló el fiscal.
Cuál es la primera versión de los hechos
De acuerdo al relato de Ávila, el joven era un invitado que salió de la fiesta al escuchar los disparos y al que le pidieron que trasladara a la mujer herida al Hospital Escuela Eva Perón para ser asistida.
"En la desesperación tomó para el otro lado, para Ibarlucea", relató el fiscal, quien agregó que "el chico declaró que estaba ebrio, desesperado porque vio un patrullero y tenía miedo de que lo siguieran, que no sabía qué hacer hasta que paró y decidió prenderle fuego al auto".
"El joven no está imputado todavía", señaló Ávila, quien afirmó que no puede usar como elemento de cargo solo su propia declaración, de manera que evalúa el resto de las pruebas obtenidas en la causa.
El funcionario judicial explicó que el Audi TT blanco con la pareja y la beba salió del salón de fiestas de Ibarlucea por la autopista Rosario-Santa Fe rumbo a Rosario, cuando fue emboscado por una camioneta Volkswagen Amarok.
El conductor realizó una maniobra de escape y retomó la ruta rumbo al predio donde se realizaba la fiesta, aunque cayó en un zanjón de la ruta, frente a la entrada. En ese momento los ocupantes de la camioneta hicieron una veintena de disparos que impactaron en los tres integrantes de la familia, tras lo cual escaparon, de acuerdo al relato del fiscal.
"Los testigos vieron que se bajó del auto y se agarró la cabeza y empezó a gritar. Esto ya fue en Ibarlucea. Ahí decide prender fuego el auto, señaló el fiscal Gastón Ávila
El móvil: ¿un ajuste de cuentas?
"Los invitados a la fiesta que estaban en la puerta del salón comenzaron a tratar de auxiliar a las víctimas del auto, que había quedado con el motor en marcha y con las puertas trabadas, hasta que pudieron sacar a Giménez, ya muerto, y a la beba, a los que llevaron hasta el Hospital Eva Perón, que está cerca", agregó Ávila.
"A la mujer no lograron sacarla del asiento. Por la premura de las circunstancias, a la mujer la tratan de llevar en su propio vehículo, pero las ruedas giraban en falso. Mientras algunos sacaban el auto empujando desde atrás, un joven se sentó en el asiento de conductor e intentó ir al Eva Perón, aunque la mujer ya estaba muerta. Desorientado, agarró para el lado de Ibarlucea", detalló el fiscal.
Ávila explicó que "los testigos vieron que se bajó del auto y se agarró la cabeza y empezó a gritar. Esto ya fue en Ibarlucea. Ahí decide prender fuego el auto. Dijo que quería ayudar, que estaba ebrio, que se asustó. Que iba en un auto baleado, al lado de un cadáver y en el camino le pareció ver un móvil policial. Que por eso decidió prenderlo fuego. Vino acongojado y comentó la situación llorando".
El fiscal recordó que Giménez y Romero eran investigados por la Justicia federal de Rosario por "tráfico de estupefacientes". "Se encargaban de la distribución a mediana escala. Mantengo en reserva para quién", precisó.