Tras la debacle del oficialismo en las elecciones de la Provincia de Buenos Aires, el dólar oficial pegó un salto y se ubicó a un paso del techo del sistema de bandas, que en la actualidad se ubica en $ 1471,71.

Ante este nuevo panorama, se suman voces de analistas y economistas que hablan de la creciente necesidad de una reestructuración del sistema cambiario. Uno de ellos es Gabriel Caamaño, quien habló de la estrategia del Gobierno, los límites de la intervención y las posibles dinámicas post-electorales.

En declaraciones radiales, Caamaño destacó la "dolarización" de la economía argentina, un fenómeno intensificado en la previa a las elecciones bonaerenses. Esta tendencia, según su punto de vista, generó una demanda actual de dólares "más floja", lo que permitió una mayor flexibilidad en la gestión del tipo de cambio.

Además, el especialista señaló el agotamiento de los instrumentos tradicionales de intervención: los futuros fueron "muy utilizados", la tasa de interés "recontrautilizada" y las ventas de dólares del Tesoro alcanzaron límites preocupantes, con más de 500 millones vendidos antes de las elecciones bonaerenses y otros 34 o 35 millones el lunes siguiente.

"Todas estas cuestiones juntas le permiten estar un poco más flexibles con el tipo de cambio, y eso, como se dijo antes, que antes te puteaban y ahora no, hace que las tasas descompriman. Igual las tasas van a seguir altas, no es que van a se van a ir al 2% mensual, pero es lógico que si vos forzás menos la posición del tipo de cambio dentro de la banda, la tasa vaya descomprimiendo", explicó en diálogo con Ahora Play.

"Veremos qué pasa en el a principios de octubre, ya cuando cambia el mes, si la demanda privada de dólares por parte de los particulares retoma de nuevo y con la elección nacional más cerca llegan encuestas o sondeos que muestren que la foto no es tan mala como en PBA. Si no pasa nada raro y no se vuelven locos ellos de nuevo., las tasas gradualmente deberían ir descomprimiendo de nuevo", recalcó.

El economista también hizo referencia a las bandas cambiarias, un concepto que el Gobierno, cree, "adoptó por necesidad". En esa línea, Caamaño recordó que los analistas privados explicaron desde el inicio del régimen que la banda no permitiría tocar el piso ni el techo con facilidad, una lógica que ahora parece operar en la práctica.

Esta dinámica implica que el tipo de cambio se vuelve "más pesado" a medida que se acerca al techo de la banda. Para calmarlo, se necesita recurrir menos a otros instrumentos, ya que los 14 mil millones del Fondo Monetario Internacional actúan como un factor de contención en ese límite superior, indicó.

"El tema es cuando vos lo querés forzar adentro de la banda. Entonces ahí sí tenés que usar muy intensivamente los otros instrumentos. Eso lo explicamos 20 veces y ellos se enojaban. Ahora parecen haberlo aceptado y estarían dispuestos a correr el riesgo de que toque el techo y tener que intervenir", aseveró.

Pensando en una posible reevaluación de la política económica, Caamaño descartó una posible salida del esquema de bandas, pero cree que, como mínimo, se puede esperar un "ajuste hacia el alza" para permitir que el tipo de cambio pueda fluctuar más sin tocar el techo.

Otro punto crucial es la necesidad de acumulación de reservas. Caamaño enfatiza que, después de las elecciones, el oficialismo deberá demostrar su capacidad para acumular reservas y mostrar un "equilibrio macro" sostenible al mercado. Esto será aún más imperativo si el resultado electoral "difiere mucho" de las expectativas previas del Gobierno.

La decisión final, sin embargo, quedará para después de las elecciones, momento en el que también se evaluará el contexto externo, incluyendo la tasa en Estados Unidos y la evolución de los precios de los commodities, afirmó.