Cientos de personas despidieron al fallecido Fiscal Alberto Nisman y acompañaron al cortejo fúnebre para que los restos del fiscal sean enterrados en el cementerio de La Tablada en el partido de la La Matanza.

El vehículo con el féretro, en medio de un fuerte operativo de la Polica Bonaerense, fue recibido con aplausos por un gran nmero de personas, algunas de las cuales portaban banderas nacionales, mientras que otras esgriman carteles con consignas como “Justicia por el fiscal”, “Nisman somos todos” y “La verdad no muere”.

En el lugar, la diputada nacional de Unión PRO, Patricia Bullrich, dijo a la prensa que la inhumación de los restos del fiscal es “como enterrar a un pedazo de la República, porque lo que ha pasado es muy serio y muy grave”.

Ayer, mientras sus familiares y sus más cercanos amigos y colaboradores lo velaban en la intimidad, cientos de personas se congregaron en los alrededores de la casa velatoria del barrio de Nuñez para rendir un último homenaje al fiscal, fallecido el pasado 18 de enero.

En medio de un fuerte dispositivo policial, los asistentes gritaron pidiendo Justicia y lanzaron proclamas contra Cristina Kirchner.

La concentración transcurrió sin incidentes hasta que un grupo rompió una corona de flores enviada por la Fiscalía General, encabezada por Alejandra Gils Carbó, muy próxima a la presidenta, que asistió al velorio y fue recibida con insultos y silbidos cerca de las 22.

Los asistentes prendieron velas bajo un gran cartel con las palabras “Todos somos Nisman”, y portaron pancartas con leyendas como “Basta de jueces y fiscales militantes K”, “Basta de corrupción e impunidad K” y “Cristina corrupta. Renuncia ya”.

Al velatorio asistió el embajador de Estados Unidos, Noah Mamet, y autoridades de las entidades judías, como la AMIA y la DAIA.

El fiscal, que murió el pasado domingo 18 de un tiro en la sien, será enterrado hoy en un cementerio judío en la localidad de La Tablada, en las afueras de Buenos Aires.

Nisman, que investigaba el ataque contra la AMIA que dejó 85 muertos en 1994, había denunciado a Cristina Kirchner a Héctor Timerman, y varios funcionarios por supuesto encubrimiento a los sospechosos iraníes del atentado.