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En la antesala de los dos debates presidenciales, la figura de Javier Milei era sobre la cual más recaían las expectativas sobre cómo podía llegar a ser su desempeño. El liderazgo en las encuestas electorales a partir del triunfo en las PASO y su distintivo carácter hacían que estos eventos pudieran ser un evento parteaguas en el desempeño hacia las elecciones: tanto por una consolidación de su figura como un declive en favor de Massa y Bullrich.

Sus estrategas de campaña le plantearon desde el comienzo la estrategia más lógica para quien va primero y sin necesidad de arriesgar su imagen: una dinámica conservadora y sin momentos álgidos -tanto por la positiva como por la negativa.

Claro está que ese planteo convive con las posturas y los ataques de los otros candidatos, pero Milei se sintió más cómodo con ese esquema durante el primer debate que en el segundo. En Santiago del Estero ninguno arriesgó demasiado, mientras que en Facultad de Derecho hubo mayores solturas y dinamismo.


El primer debate y el objetivo cumplido

Dentro de los candidatos con mayores posibilidades de cara a las generales, Milei estuvo mano a mano con Massa compitiendo el título de ganador de la noche. Supo desempeñarse bien en el ámbito económico y sobrellevó la cuestión educacional. También guardo calma y repreguntó de manera inteligente ante las réplicas y preguntas cruzadas de sus rivales.

Sus intervenciones, la mayor parte leídas, no distaron demasiado de sus declaraciones ya conocidas: ratificó sus propuestas de dolarización de la economía, el cierre del Banco Central (BCRA) y la entrega de vouchers educativos; a la vez que denunció a la "casta política" por haber llevado al país al borde de una "hiperinflación".

Adrede o no, el punto más debatido con posterioridad a ese debate fue su aseveración de que los detenidos-desaparecidos por la última dictadura cívico militar "no fueron 30.000" sino "8.753" y que durante los años '70 "hubo una guerra" en la que "las fuerzas del Estado cometieron excesos y los terroristas de Montoneros y ERP mataron gente". Una justificación similar a la utilizada por el genocida Emilio Massera.

Tal vez por esa repercusión Milei se refirió a ese tema de manera distinta al ser entrevistado este fin de semana por Mirtha Legrand. En el que matizó en parte sus dichos al decir que lo hecho por la Junta Militar configuró también "un delito de lesa humanidad y tiene que ser sancionado".


El segundo debate y los principales furcios

En el segundo debate en Facultad de Derecho la intención se preveía la misma, aunque allí debía debatir cuestiones lejanas a su expertise, tales como derecho laboral o medio ambiente. Ambas temáticas las practicó con su eventual ministra de Capital Humano Sandra Pettovello, su secretario de Trabajo, Gustavo Morón y con el especialista en vivienda Ricardo Inti Alpert.

Al comienzo del evento, Milei comenzó con mayor solidez que sus pares. En su minuto de presentación hizo referencia inmediata a la invasión de Hamas a Israel y alarmó por la situación económica: "El país está al borde de la peor crisis de su historia", con menciones al Rodrigazo y la híper del gobierno de Alfonsín. También transitó correctamente a la repregunta de Bullrich sobre su posición respecto de la tenencia de armas y argumentó consistentemente con su programa de seguridad.

"Estas medidas de combatir el modelo de la casta tienen que complementarse con una modernización del sistema laboral y reducción de las penalidades para que haya crecimiento con la acumulación de capital y suba de salarios reales", dijo en el bloque temático sobre Trabajo. A partir de ese entonces, las idas y vueltas con los candidatos se tornarían más dificultosas para Milei.

Bregman aprovechó que este se había quedado sin recursos de réplica y lo apuntó por querer "libertad de que te exploten sin límites".

En el bloque sobre Desarrollo Humano, Vivienda y Proyección del Ambiente Milei optó por hablar de la primera y no mencionar las otras dos. La candidata de la Izquierda, nuevamente, lo acusó de defender "la libertad de las empresas para contaminar hasta los ríos y que el cambio climático es un invento".

"No vamos a adherir a la agenda 2030. No adherimos al marxismo cultural, no adherimos a la decadencia", respondió al respecto, al ser interpelado por Juan Schiaretti sobre los acuerdos internacionales de París y la COP. Luego remarcó: "No niego el cambio climático. Lo que yo digo es que existe, en la historia de la Tierra, un ciclo de temperaturas".

Tal vez el mayor furcio de su participación en este segundo debate fue cuando Bullrich le preguntó sobre sus candidatos.

- "¿Creés que vas a cambiar algo con tantos chorros adentro de tus listas?"-le preguntó la postulante cambiemita.

- "Vos también tenés un montón de gente que viene de otros lados"- respondió Milei sin desmentir la acusación anterior.


Cuál es el saldo de los debates para Javier Milei

Su principal estratega de cara al debate fue el consultor político Santiago Caputo, quien ya es persona de confianza absoluta del libertario: junto a Karina Milei, fueron los dos referentes que firmaron en calidad de representantes ante la Cámara Nacional Electoral (CNE) para negociar las condiciones de los debates.

Si pudiera hacerse un balance de los dos eventos, se podría inferir que Milei no tendrá variaciones significativas a causa de los mismos. Sin embargo, logró mostrarse como una opción válida de cambio en la comparación con la presidenciable cambiemita.

Tal vez el rasgo más particular de estos dos debates es que Milei cimentó parte de su base electoral, más específicamente la conservadora cultural: tanto con la apología de la última dictadura militar, la posición más aperturista a la tenencia de armas como la negación del cambio climático. Su rival más cercana en términos ideológicos, Patricia Bullrich, ni siquiera buscó aludir a estas temáticas.

Como contraparte, la posición sentada sobre la revisión del pacto alfonsinista podría tener repercusiones sobre la posición del radicalismo en el caso de un eventual balotaje entre Milei y Massa. Asimismo, el votante indeciso se suele caracterizar por no ahondar en sobreideologizaciones, por lo que las posiciones de mayor extremismo podrían ahuyentarlo.

Aun así, si así fuera, quedaría otro debate más para cambiar el tenor discusivo. Será en el mismo recinto que ayer, pero el 12 de noviembre, y si hay balotaje presidencial pendiente.