Tras revelar que, en Cuba, la presidenta Cristina Kirchner se quedó esperando en vano el llamado a una audiencia privada con el Papa Francisco, el periodista Roman Lejan contó que el Gobierno estaba buscaba esa audiencia porque habían empezado a notar “ciertos ruidos en la línea” directa con el Sumo Pontífice luego de que se definieran las candidaturas del oficialismo tras las elecciones Primarias Abiertas, Obligatorias y Simultáneas (PASO).

En diálogo con radio Mitre, Lejtman detalló que, a principios de junio de este año, Cristina viajó al Vaticano pero ya no fue como la otra vez que “le regalaron fotos, banderas, había una cola larga de La Cámpora”, sino que fue algo más protocolar, más reducido “porque la diplomacia vaticana la explicó al Papa que este tipo de cosas, en lugar de sostenerlo como líder mundial, lo erosionaba”.

“En ese contexto, hablaron de política nacional. Hay un tema importante que aclarar, todavía en ese momento la diputa de los candidatos a presidentes eran dentro del oficialismo, Scioli y Randazzo, y el único precandidato a gobernador que había era Julián Domínguez. A esto hay que sumarle que hay muy buena relación entre Francisco y Scioli, y también con Julián Domínguez. En ese marco, hablaron de política nacional, y quedó claro luego de la reunión, que Cristina no iba a hacer particularmente nada contra Scioli y Julián Domínguez era el precandidato a gobernador del Gobierno”, describió el periodista.

Pero, continuó, “unos días después, Randazzo cae, Scioli continúa, le ponen a Zannini como candidato a vice, y aparece Aníbal Fernández”. “Y ese pacto, que en la jerga de Roma y también de Buenos Aires, se llama el Pacto de Santa Marta, se derritió, se cayó a pedazos”.

Por eso, continuó, “el Gobierno estaba buscando una audiencia con Francisco, porque notaron ciertos ruidos en la línea”. Y concluyó. “Tras consultarle a un funcionario de la delegación si la reunión entre Cristina y el Papa se iba a llevar a cabo, me dijo textual: ‘Caputó’”.