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Es difícil no vincular el pedido de juicio político que impulsa el Presidente Alberto Fernández contra el titular de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, con los nombres de Eduardo Moliné O'Connor y Antonio Boggiano. Se trata de los dos supremos que, tras la llegada de Néstor Kirchner a Casa Rosada, fueron destituidos por el Congreso.

El mandatario había impulsado la puesta en marcha del enjuiciamiento para cinco de los miembros del máximo tribunal nombrados durante el gobierno de Carlos Menem, pero tres de ellos evitaron llegar al final del proceso. Qué decían, en aquel momento, figuras que hoy son protagonistas de la política.

Una de las primeras jugadas de Kirchner cuando llegó al poder fue ir contra la "mayoría automática" de la Corte Suprema menemista. Por aquel entonces, el santacruceño impulsó el juicio político de cinco de los nueve miembros del máximo tribunal: Julio Nazareno, Guillermo López, Adolfo Vázquez, Moliné O'Connor y Boggiano. Los tres primeros renunciaron durante el proceso, y así evitaron ser destituidos.

En cambio, Moliné O'Connor fue destituido en diciembre 2003. Y dos años más tarde le llegó el turno a Boggiano.

En aquel entonces, Alberto Fernández era jefe de Gabinete. Y su apoyo a al pedido de juicio político fue contundente. "Para saber lo que la sociedad opina de la Corte Suprema hay que caminar por las calles. No hay que hacer plebiscito", decía en conferencia de prensa tras conocerse el anuncio de Kirchner.

Cómo fueron las votaciones

La Cámara de Diputados acusó a Moliné O'Connor de nueve cargos y cuando el caso llegó al Senado, cosechó la mayoría necesaria de dos tercios de los presentes en dos de esas nueve acusaciones.

¿Un dato? No se lograron los dos tercios para la inhabilitación para ocupar cargos públicos. "Es difícil que me hagan un cargo y a su vez me habiliten para que el día de mañana pueda seguir ejerciendo", dijo el propio acusado al finalizar la sesión.

La aprobación de la destitución de Moliné O'Connor contó con el voto a favor de 36 de los 41 miembros del bloque peronista, además de nueve miembros de otros bloques. Entre esos 36 se encontraba Vilma Ibarra y Cristina Kirchner.

En cambio, votaron en contra 12 radicales -otros seis votaron a favor-, cuatro representantes de partidos provinciales y los justicialistas Eduardo Menem, Ángel Pardo, de Corrientes, y Sonia Escudero.

Los senadores encontraron culpable al magistrado de mal desempeño en la causa "Meller" por "haber legitimado judicialmente un proceso administrativo fraudulento". También se lo acusó de "haber abdicado la manera arbitraria a su responsabilidad de efectuar el control de constitucionalidad en los términos del artículo 14"

Dos años más tarde, el Senado destituyó a Boggiano. La Cámara alta reunió los dos tercios en seis de las 14 acusaciones. A diferencia de Moliné O'Connor, Boggiano quedó inhabilitado por tiempo indeterminado para ocupar cargos públicos.

Boggiano fue destituido luego de que 44 senadores consideraran que no actuó correctamente en el caso Meller, la misma causa por la que fue removido Moliné O' Connor.

El por aquel entonces juez de la Corte -hoy cercano al cristinismo- Raúl Zaffaroni salió en su defensa. Pidió y tildó a Boggiano de "magnífico colega".

QUÉ DECÍA ENTONCES LA OPOSICÓN

El 4 de junio de 2003, por cadena nacional, Kirchner le pidió al Congreso que pusiera en marcha la herramienta del juicio político contra algunos miembros del máximo tribunal, integrantes de la "triste y célebre mayoría automática".

"Pedimos con toda humildad, pero con coraje y firmeza, que los señores legisladores, que el Congreso de la Nación, marquen un hito hacia la nueva Argentina preservando a las instituciones de los hombres que no están a la altura de las circunstancias", decía uno de los fragmentos del discurso que leyó Kirchner esa noche.

Ricardo López Murphy, quien había enfrentado a Kirchner en las elecciones del 2003, planteaba sus reparos a la manera como se había impulsado el juicio contra Moliné O'Connor. "Si el Presidente tenía elementos de juicio que no estaban disponibles en la Cámara de Diputados, debería haberlos hecho llegar", decía el economista a la prensa por aquellos días.

"Yo hubiera preferido que esto no sea un mensaje en cadena (nacional) o una arenga pública, pero es un problema de estilo", remataba López Murphy en diálogo con Telefé tras el anuncio del exmandatario.

La por aquel entonces diputada del ARI, Elisa Carrió, opinaba que no era "un buen precedente que un Presidente (por Néstor Kirchner) se enfrente públicamente con la Corte; están los mecanismos institucionales".

Y remataba: "Hoy puede ser bueno pero supongamos que el día que tengamos una Corte independiente y a Kirchner no le guste un fallo y haga lo mismo. Entonces, coraje, pero a su vez, prudencia".

Boggiano, en la mira de Carrió

La fundadora de la Coalición Cívica fue una de las autoras de un proyecto de ley impulsado por la Alianza allá por 1997 para promover el juicio político de Boggiano. El texto llevaba, además, las firmas de sus compañeros de bancada, los diputados Melchor Cruchaga, Alfredo Bravo, Juan Pablo Baylac, Marcelo Stubrin y Nilda Garré.

Carrió ya lo tenía en la mira cuando el kirchnerismo lejos estaba de ganar las elecciones de 2003. En aquel momento, se lo acusaba de ser uno de los ministros de la Corte que generaba, de "manera continua", "atrasos en la elaboración de los proyectos de las sentencias, cuya redacción tiene a cargo, o demoras irrazonables en las decisiones por no estar presente los días de acuerdo -los martes- debe ser entendida como una situación de gravedad institucional".

Carrió sostenía que deberían haber dejado el Máximo Tribunal "todos" los miembros de la Corte Menemista.

Más adelante, en 2004, cuando el juicio político contra el supremo no avanzaba, la chaqueña denunció negociaciones entre Néstor Kirchner y Boggiano. Según señalaba, a cambio del voto del supremo en el fallo que avaló la pesificación, se lo dejaba permanecer en su cargo.

"El voto de Boggiano obviamente está acordado. Ahora entiendo porque el Presidente (Néstor Kirchner) lo defiende y el juicio político a Boggiano parece que no pasa. Es el voto a cambio de su permanencia en la Corte, con lo cual Kirchner está desandando todo lo bueno que hizo en materia de la Corte", decía la por entonces diputada.

Carrió era de las que sostenía que deberían haber dejado el Máximo Tribunal "todos" los miembros de la Corte Menemista, no solo una parte.