En esta noticia

El impuesto sobre los Créditos y Débitos en Cuentas Bancarias y Otras Operatorias, más conocido como impuesto al Cheque, es uno de los gravámenes más distorsivos que tiene el sistema tributario argentino.

Este tributo se aplica por cada movimiento bancario: abarca todas las operaciones de acreditación o débito que haya en una cuenta bancaria, personal o de empresas.

Por lo tanto, ante un movimiento bancario, el sistema cobra 0,6% por depósitos y otro 0,6% por el cobro o retiro del monto; en total, un 1,2%.

No solo es un impuesto que entorpece la actividad económica, sino que además fue impulsado en carácter de emergencia por el exministro de Economía, Domingo Cavallo. Es decir, el impuesto al Cheque era “transitorio”, dado que tenía vigencia por un año (hasta el 31 de diciembre de 2002), según lo dispuso la Ley 25.413.

Sin embargo, su “estadía” en el sistema tributario se extendió por más de dos décadas. Una posible explicación de ello podría ser la siguiente: según datos que brindó la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), dicho gravamen recaudó $ 9.417.135 millones en 2024, lo que representó el 7,2% del total acumulado durante el año pasado.

Incluso, de acuerdo al vademécum tributario elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), el impuesto al Cheque es uno de los gravámenes que más aporta a la recaudación efectiva del país.

Ahora bien, ¿es realmente posible que el Gobierno se plantee la eliminación de un tributo que, a priori, debería haber cumplido su carácter “transitivo” en un contexto de profunda crisis fiscal? Por lo que representa en términos de recaudación, parece imposible. Sin embargo, Iaraf, la organización que dirige el economista Nadin Argañaraz, señala que es viable llevar a cabo una supresión -por completo- en tres años (2026, 2027 y 2028), con el objetivo de evitar cualquier desequilibrio en las cuentas fiscales.

“En contextos económicos como el que vivió Argentina al momento de aplicarse este impuesto, es natural que se privilegie la capacidad recaudatoria de un instrumento por sobre su efecto sobre la eficiencia económica, haciendo propicia la aparición de este tipo de tributos que son claramente distorsivos”, remarca el documento.

Impuesto al Cheque: en qué consiste la propuesta y cómo se podría eliminar de forma gradual

Su relevancia desde el aspecto recaudatorio (más de 1,6 puntos porcentuales del PBI en 2024) es una de las trabas para eliminar inmediatamente y/o reducir la alícuota de este impuesto.

Ya lo dijo el ministro de Economía, Luis Caputo. El deseo de la administración de Javier Milei se topa con la realidad fiscal.

“Nosotros, en lo tributario, a lo que queremos ir es a eliminar los impuestos más distorsivos que todos sabemos cuáles son. A nivel provincial, Ingresos Brutos; a nivel nacional, el impuesto al Cheque, las retenciones y el impuesto a las Ganancias en las empresas que hoy nos hacen poco competitivos respecto de otros países del mundo”, precisó.

Sin embargo, el titular de Hacienda dejó en claro que, por ahora, esa intención no es viable. “El impuesto al Cheque, alrededor de 1,5% del PBI; las retenciones, un 1,2% (...). Son todas cosas que hoy no podemos darnos el lujo [de eliminar] porque de corto plazo implica romper el ancla fiscal”, aclaró.

Por ese motivo, desde Iaraf aconsejan que la reducción sea planteada en etapas (tres años), dado que ello permitiría que pudiera ser “reemplazada por ingresos provenientes de otras fuentes”.

Esto mismo podría derivar de un incremento en la recaudación de otros tributos, para lo cual será necesario un aumento en la actividad económica.

Iaraf pretende que el IDCB pueda computarse contra el IVA y Ganancias

En primer lugar, para lograrlo se necesita “ampliar la posibilidad de computar los pagos efectuados por este concepto como pago a cuenta de las DDJJ [declaraciones juradas] de otros impuestos nacionales”.

Sobre este punto, ocurre algo interesante. “En la actualidad, un 33% del impuesto abonado en cuentas corrientes puede computarse como pago a cuenta del impuesto a las Ganancias en el caso de las empresas medianas y grandes, porcentaje que alcanza el 100% para las micro y pequeñas. Esto supone que en este momento al menos un 33% del total abonado por IDCB [impuesto a los débitos y créditos bancarios] no representa un costo ni una fuente real de ingresos fiscales, ya que permite reducir la obligación fiscal de otros impuestos”, agregan.

AñoPorcentaje
Año 150%
Año 275%
Año 3100%

En ese sentido, Iaraf pretende que, además, pueda computarse contra el Impuesto al Valor Agregado (IVA), dado que permitiría “ampliar el monto de la obligación fiscal sobre la cual se aplica el pago a cuenta”.

Impuesto al Cheque: cuál es el eje principal de la propuesta del Iaraf

Otro punto a destacar es la necesidad de “establecer que el aumento en el porcentaje que puede ser computado como pago a cuenta esté sujeto a incrementos en los montos nominales anuales de IVA e impuesto a las Ganancias declarados por cada contribuyente”.

Consideran que este último punto es el “aporte diferencial” de esta iniciativa. “Este mecanismo significa que si un contribuyente abona por ejemplo $ 1.000 de IDCB en el año 2026, $ 330 podrán ser computados contra Ganancias según el esquema actual y el 17% adicional propuesto para el primer año ($ 170) solo podrá ser computado como pago a cuenta siempre que el impuesto anual determinado por ese contribuyente (ya sea de IVA o Ganancias) haya sido $170 superior al del año previo”, detallaron.

En cambio, en el caso del IVA, “este cómputo debería efectuarse en cada declaración jurada mensual, según los saldos acumulados”. Con ello, Nación y las provincias no verían reducido su nivel inicial de ingresos por Ganancias e IVA.

“La eliminación del tributo debe ser alcanzada en un contexto de responsabilidad fiscal”, consideró Argañaraz, exfuncionario del Ministerio de Hacienda durante el gobierno de Mauricio Macri.