

En esta noticia
La Unión Industrial Argentina (UIA) se reunirá por primera vez, este lunes al mediodía con el ministro de Economía, Luis Caputo. La idea de la reunión será delinear la relación entre empresarios y Gobierno, aunque el foco central estará puesto en intentar llevar algo de claridad respecto de las dudas que tienen los empresarios.
Aquí aparecen dos ejes. Por un lado, ver cómo continuará la política de comercio exterior, sobre todo en el segmento de las importaciones, un punto sobre el que la UIA -y otras entidades empresarias- vienen reclamando hace tiempo, y de hecho en varias oportunidades reclamaron ante la imposibilidad de comprar en el exterior insumos básicos para la producción.
El martes pasado Caputo había anunciado algunos lineamientos respecto de lo que vendrá, y dentro de ese paquete se incluyó justamente un capítulo especial para las importaciones. El ministro anunció el esperado fin de las SIRA, aunque los industriales todavía esperan por detalles sobre cómo será la operatoria.
"Reemplazaremos el SIRA por un sistema estadístico y de información que no requerirá de la aprobación previa de licencias", afirmó Caputo; "el que quiera importar, podrá hacerlo y punto", completó, aunque no dio mayores especificaciones.

La gran duda que surge ahora es cuáles serán los tiempos que entiende el oficialismo que demandará la puesta en marcha del nuevo sistema, pero también de dónde saldrán los dólares para pagar esas importaciones. El temor de los empresarios es que cada industria deba autofinanciar sus compras al exterior -algo que de algún modo ya se venía haciendo en la última parte del gobierno de Alberto Fernández-, sin que haya ninguna participación del Estado.
Dentro de este escenario también buscarán definiciones sobre las deudas que se mantienen con los importadores, más allá de la opción que surgió de la emisión de un bono por parte del Banco Central, una variable que lejos está de convencer a los industriales.
Qué pasa con la construcción
El otro eje que mantiene preocupado al sector empresario es el de la construcción, en particular la que tiene que ver con obra pública. El presidente Javier Milei ya dijo en varias oportunidades que "plata no hay" para destinar a ese segmento, y la preocupación es importante.
El viernes pasado, el ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, mantuvo un encuentro con los integrantes del G6 -del que forma parte la UIA- y la CGT, y allí se planteó la problemática, que creció tras el anuncio de Caputo.
"No se va a licitar más obra pública nueva y se van a cancelar las licitaciones aprobadas cuyo desarrollo aún no haya comenzado", afirmó el titular de Economía.

Según confiaron a El Cronista fuentes que participaron del encuentro, "hay dos cosas que están claras y una que no".
Las que están claras, según su visión, tienen que ver con la suspensión de las licitaciones en curso y de aquellas obras que todavía no arrancaron. A esto se le suma que se mantendrán aquellas que tienen financiamiento por parte de bancos internacionales.
En el terreno de la incertidumbre, en tanto, aparecen los trabajos en ejecución, que dependerán del Presupuesto 2024, que según lo anunciado debería ser el Presupuesto 2023 más la inflación. "Esto quiere decir que no sabemos cuánta plata habrá disponible, por lo que planificar será muy complejo", dijo la fuente.
Según se acordó la semana pasada, todo esto se debería ir dilucidando en las próximas reuniones que mantendrán, según se acordó, Ferraro y el G6. La construcción emplea a unas 55.000 personas, y la mitad depende de la obra pública.














