

La resistencia de Juan Carlos Fábrega, el ahora ex presidente del Banco Central (BCRA), a la presión política del Ministerio de Economía encontró su límite anteayer, cuando la presidenta Cristina Kirchner lo acusó de complicidad de las maniobras cambiarias del sistema financiero. Un día más tarde renunció a su cargo y en su lugar fue nombrado Alejandro Vanoli, titular de la Comisión Nacional Valores (CNV), un funcionario afín a las ideas del Poder Ejecutivo.
El cambio se produce en un momento de incertidumbre en la economía, que atraviesa desafíos en el frente cambiario y fiscal, inflación, falta de crecimiento y de acceso a las divisas y con la deuda en default.
El mercado tomó la noticia como un golpe, ya que Fábrega ponía cierto límite a las medidas que quería impulsar el ministro de Economía, Axel Kicillof. Pero para quien se trata de un triunfo parcial, ya que logró desplazar a Fábrega pero con un funcionario más cercano al secretario Legal y Técnico de Presidencia, Carlos Zannini.
Hay incertidumbre sobre cómo manejará Vanoli la política monetaria y si escuchará a los funcionarios de línea técnica de la entidad, anteayer criticada también por la Presidenta. Por lo pronto, los dos directores que nombró Fábrega no tienen intenciones de renunciar al directorio de la entidad monetaria.
Motivos personales
Después de las 15, Fábrega envió su renuncia por escrito con carácter indeclinable a la Presidente justificándola por "motivos estrictamente personales", según fuentes de su entorno. Cristina Kirchner estaba reunida desde la mañana con Kicillof en la residencia de Olivos.
Tras enviar la renuncia, Fábrega conversó con ella por teléfono "en muy buenos términos". Según trascendió, la Presidente le explicó que sus dichos no tuvieron el fin de golpear al BCRA, sino marcar una situación puntual que había detectado.
A las 17.30, Presidencia informaba el nombramiento de Vanoli. Minutos antes lo había llamado Cristina Kirchner para ofrecerle el cargo, según fuentes cercanas al nuevo presidente de la entidad que ayer se encontraba en Brasil.Si bien Fábrega entendió las intenciones de la Presidenta, su discurso le generó un "golpe mortal", por el cual comprendió que ya no podía seguir como presidente del BCRA.
La renuncia de Fábrega recoge la inquietud de lo que pasó la noche anterior. No le quedaron muchas opciones luego de que Cristina dijo en un discurso, en que denunció que varios sectores querían voltear a su gobierno con ayuda externa, que se había filtrado la baja del 30% al 20% de la tenencia de dólares por parte de los bancos antes de que se impulsara, información privilegiada que aprovecharon varios bancos, e instruyendo a Economía para que haga una denuncia, en vez de al Central. En tanto, valoró la reforma del Régimen Penal Cambiario, que le saca al BCRA el rol de controlar al mercado cambiario informal del dólar.
Sin embargo, Fábrega dijo a su entorno que dejó el diálogo abierto con la Presidenta y quedó agradecido por la oportunidad que le brindó.
Fábrega se fue en un momento complicado para el país: en lo que queda del año se prevé que el Central haga una fuerte emisión monetaria para financiar al fisco y que escaseen los dólares producto del cepo cambiario y el default.
De hecho, el funcionario de 65 años, que ahora se retirará a su Mendoza natal estuvo pocas horas antes del discurso fatal, trabajando con la Presidente y Kicillof en una propuesta a las cerealeras para estimular las liquidaciones de exportaciones.
Será Vanoli, de 53 años, entonces, quien lidiará con la parte más complicada del año y tratará de evitar que las variables monetarias se desmadren.
Era conocido el interés del hasta ahora presidente de la CNV en ser director de la entidad; ahora su pliego como presidente deberá ser aprobado por el Senado.
Ha sido un fuerte defensor de las políticas del Gobierno. En los últimos días estaba trabajando en la forma de desincentivar el contado con liquidación, que genera expectativas de devaluación. Y fue quien impulsó la nueva ley de mercado de capitales, criticada por la intervención del Estado en las empresas.
El sistema financiero está preocupado por la salida de Fábrega, ya que era quien ponía límites a las ideas de Economía, principalmente en cuanto a bajar las tasas de interés en medio del riesgo cambiario, y tenía diálogo con la Presidenta.
Saben que Vanoli, con menos llegada a Cristina Kirchner, tampoco es un experto en política monetaria. Pero el saliente había decidido devolverle la voz al personal de carrera de la entidad como el gerente General, Juan Carlos Isi, y el jefe de la mesa, Carlos Basco y rodearse de su experiencia.
La duda es si Vanoli hará lo que hizo Mercedes Marcó del Pont en su mandato, al nombrar gente afín corriendo a la línea, lo que derivó en el cepo cambiario.
Por lo pronto, Juan Belmonte y Eduardo Barbier, ex gerentes del Banco Nación y con mandato del Poder Ejecutivo para seguir en el directorio del BCRA, quedarán en sus pues tos. Una pequeña resistencia.













