

Quien se fue no era un político más. Enrique Olivera era, sobretodo comparando con ciertos vicios de esta época, un caballero. Era de los radicales de antes y de los dirigentes que se tomaban lo suyo con seriedad y respeto. Paradojas de la política que devora todo valor y honestidad, en el 2005 fue víctima de una sucia operación que quedó sin castigo como casi sin castigo suelen quedar las denuncias que sí son verdad. Enrique Olivera cometió el mayor de los pecados en el 2005: se alió con el ARI de Elisa Carrió y lo pagó con su prestigio al quedar en segundo lugar en las elecciones legislativas frente al PRO y el oficialista Rafael Bielsa. Quien inició la denuncia fue Daniel Bravo, radical K, cercano al jefe de gabinete Alberto Fernández y director de Deportes en la gestión de Aníbal Ibarra. Dos años después de haber denunciado a Olivera por tener supuestamente dos millones de dólares en bancos extranjeros que presuntamente había omitido en sus declaraciones juradas, pidió disculpas por haberse hecho eco de una información equivocada. Antes lo habían desmentido las entidades bancarias, pero ya el daño estaba hecho.
Demasiadas líneas en este recuerdo para un oprobio, pensará con justicia el lector. Es que no era el final que merecía la carrera de Olivera quien fue jefe de Gobierno porteño tras la asunción como Presidente de Fernando de la Rúa, Presidente del Banco de la Nación y Presidente de la Asociación de Bancos Públicos y Privados de Argentina. Hasta ayer fue además presidente del Jockey Club. Tenía 74 años y sufría de cáncer. Olivera era radical, abogado graduado en la Universidad de Buenos Aires y luego en el Advanced Management Program de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos. En 1986 tras años de trayectoria en la actividad privada fue presidente del Directorio de Empresas Públicas (1986) y secretario de Turismo del gobierno de Raúl Alfonsín (1988). Al Congreso llegó por primera vez 1991, en representación de la Unión Cívica Radical porteña.
Lo velaron en la Legislatura de la Ciudad donde desfila ban ayer figuras de todas las fuerzas políticas, incluso quienes estuvieron en otras veredas.














