

Los empresarios consideran que el reclamo por un aumento en el mínimo no imponible sobre el cual se calcula el impuesto a las Ganancias es una bandera que levanta con sustento el secretario general de la CGT, Hugo Moyano. Pero a la hora de elegir un lado de la divisoria de aguas en la batalla entre el camionero y la presidenta Cristina Fernández eligen a esta última. Y rechazan los métodos de protesta, como huelgas y movilizaciones, habituales para el líder de la central obrera.
Así se desprende de un sondeo entre representantes de compañías y líderes de cámaras empresarias realizado por El Cronista.
Uno de los motivos principales que inclinan la balanza entre los hombres de negocios es el recuerdo, aún fresco y permanentemente renovado, de las protestas lideradas por Camioneros y gremios afines al moyanismo que derivaron en conflictos múltiples entre empresas y trabajadores en los últimos años.
El presidente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Carlos De la Vega, lo puso en estos términos: Ese gremio (por Camioneros) sigue con su vieja táctica de golpear y apretar las normas legales y procedimientos de negociación. Han convertido la protesta en un acto político. No creo que sea el camino más apto para reivindicar sus reclamos. Es el modo habitual en que se comporta, explicó a El Cronista.
El sector de comercio fue, durante los últimos años, un espacio de disputa intrasindical por el encuadramiento de los afiliados entre los Camioneros y Armando Cavallieri, que conduce el gremio de Comercio y le discute la conducción de la CGT al líder camionero junto a otros referentes sindicales.
José Ignacio de Mendiguren, presidente de la UIA, la mayor central empresaria de la Argentina, sostuvo desde España en diálogo con la prensa que la suba del mínimo no imponible y el ajuste por inflación a los balances de las empresas son temas que tienen que estar en la agenda y eso nadie lo discute.
Luego de disertar frente a empresarios en tierras ibéricas, dejó en claro que la Presidenta definirá los tiempos: El Gobierno dirá cuándo es oportuno y si quieren con la inflación del Indec, pero algo hay que hacer. Los balances deberían ajustarse o bien subiendo los topes o bajando las tasas. El impuesto a las ganancias es un tema que se va a tratar. Es lo mismo que el ajuste por inflación en los balances: se lo puede demorar un tiempo, pero a la larga es necesario cambiar la alícuota: del 33%, llevarla más abajo, porque, si no existe el ajuste por inflación, incluso calculando la inflación del Indec, se termina pagando una tasa del 50%, explicó.
El titular de la Copal y abogado referente en el sector empleador, Daniel Funes de Rioja, fue taxativo a la hora de calificar el acto en Plaza de Mayo, aunque también asignó cierta responsabilidad por las desaveniencias al Gobierno. Ninguno de estos conflictos le hacen bien a la sociedad y a la Argentina. Hay que reencauzar un diálogo social porque el contexto internacional es critico y así lo exige. Esto no se arregla con huelgas ni con paros, resumió.
Días atrás, el presidente de Shell, Juan José Aranguren, se expresó en una línea similar: aseguró que estamos ante la presencia de un conflicto más político que gremial y que la esencia de la política es construir puentes, no destruirlos.










