Las importaciones de energía siguen siendo un dolor de cabeza para el Gobierno, como ya sucede desde hace 15 años. Ahora persisten las dudas sobre la disponibilidad de dinero para pagar las compras en el exterior y hasta las eventuales restricciones físicas (faltantes de oferta) que puede haber en invierno.
El secretario de Energía, Darío Martínez, aseguró en la Exposición Argentina Oil & Gas que "el dinero está" pero si los precios de importación son "razonables".
La semana pasada, el neuquino llamó la atención del ministro de Economía, Martín Guzmán, y del presidente Alberto Fernández para que le transfirieran los pesos que sirven para sostener la cadena de pagos del sector.
El mercado de futuros marca que el gas licuado ronda los 30 dólares por millón de BTU, casi el cuádruple del promedio del año pasado pero mucho menos que los u$s 60 que llegó a tocar hace unas semanas.
Si los precios se estabilizan en este nivel, el Banco Central (BCRA) tendrá que poner 5000 millones de dólares entre mayo y septiembre, sin contar las compras a Bolivia y los combustibles líquidos para generación eléctrica. En 2021, la factura de GNL fue de 1100 millones por 56 barcos a u$s 8,33 por millón de BTU en promedio.
Con todo, el sector energético se quedó con la duda de la disponibilidad de dólares para abonar las importaciones. Los cargamentos de gas licuado se pagan por adelantado; si no, los buques no descargan.
Los especialistas convocados a la exposición que organiza el Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG) dan como hecho que la industria sufrirá cortes de gas en el invierno. Así lo blanqueó, por ejemplo, el consultor Daniel Gerold en una entrevista televisiva.
En estas semanas las grandes fábricas tienen que negociar los contratos de abastecimiento con las comercializadoras, que ni siquiera tienen asegurada la provisión de gas. Los contratos vencen el 30 de abril y tienen como referencia un promedio ponderado del precio del gas de producción local (u$s 3,50) y el importado, hoy incierto.
En medio de una agudización de las trabas para importaciones al menos hasta que entren al país los dólares de la cosecha agropecuaria, las autoridades económicas deberán administrar el flujo de divisas del BCRA para que al mismo tiempo se puedan pagar los cargamentos de gas y otros insumos críticos para el funcionamiento de la rueda de la actividad en otros sectores. Se viene un invierno desafiante.