Un día antes que lo reciba el presidente Javier Milei, el secretario de Salud de Donald Trump, Robert F Kennedy Jr, heredero de una de las dinastías políticas estadounidenses y cultor de un perfil que ha generado polémicas en su país, se reunió con su par local, Mario Lugones, y el titular de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger.
Tras la cita, desde la cartera sanitario lanzaron una batería de anuncios en una agenda sanitarista compartida con la Casa Blanca que van desde revisar el uso de vacunas como las del Covid-19 y las aprobaciones de medicamentos de altísimo costo mediante el mecanismo de fast-track a rechazar la injerencia de los organismos multilaterales. Asimismo, concuerdan en la importancia de estimular la alimentación saludable.
"Coincidimos en la necesidad de promover ciudadanos más saludables, a partir de una mejor alimentación y una revisión integral de los ingredientes tóxicos presentes en productos ultraprocesados", subió Lugones en su cuenta de Twitter tras el encuentro. El ministro tuvo una reunión a solas con el funcionario norteamericano a la que luego se sumó Sturzenegger.
"También planteamos repensar el enfoque frente a las enfermedades crónicas y revisar los mecanismos de aprobación fast-track de medicamentos. Consideramos que es prioridad contar con más y mejor evidencia científica en los medicamentos y vacunas que utilizamos", añadió el titular de la cartera de Salud.
Y añadió: "El objetivo es avanzar hacia sistemas de salud más transparentes que se enfoquen en la prevención, en pensar en la seguridad alimentaria y no en generar ciudadanos enfermos".
RFK Jr llegó a la Argentina con una agenda de temas que sigue desde su gestión en Washington y donde se evidencian coincidencias con la administración de la cartera sanitaria en la gestión libertaria. En particular, la agenda MAHA (Make América Healthy Again), relacionada con la política alimentaria y cómo mejorar los hábitos saludables, que el propio Lugones sugirió en su participación reciente en el AmCham Summit 2025. Pero allí no se agotan las simiitudes.
Al mismo tiempo, hay un punto de contacto entre ambos gobiernos en cuanto a la utilización de evidencia científica en medicamentos y la colaboración entre países para el trabajo en conjunto a nivel bilateral y regional. Mientras que Sturzenegger, por su parte, puso sobre la mesa una serie de ideas relacionadas con la desregulación del sistema de salud, que van en sintonía con los planteos de baja de costos en el sector que quiere promover Lugones a partir de una revisión de las licitaciones del Ministerio.
"Creemos en el futuro de la colaboración en salud global. Tenemos visiones similares sobre el rumbo a seguir, por eso vamos a profundizar el trabajo en conjunto entre ambos países", refrendó el ministro de Salud del gobierno libertario.
A mediado de abril, Lugones y RFK Jr habían compartido una reunión virtual donde intercambiaron opiniones sobre gran parte de esta agenda en común que ahora se materializa en los anuncios concretos. Entonces, el funcionario libertario había hecho manifiesto su entusiasmo por las reformas implementadas en la FDA, la Food and Drugs Administration, "muy necesarias para la toma de decisiones basadas en la evidencia científica".
"Ambos compartimos el objetivo de tener ciudadanos más saludables, de poner la salud de nuestros compatriotas en un lugar prioritario -posteó luego Lugones-. Pude comentarle algunas de las acciones que venimos llevando adelante para desregular, reordenar y transparentar al sistema, que vivía en permanente crisis".
Asimismo, puntualizó en aquel mensaje posterior a la audiencia remota que "el Ministerio tiene que ser un órgano rector y las jurisdicciones deben asumir el rol que les corresponde como las responsables de gestionar la salud en cada distrito".
Los anuncios del Ministerio de Salud tras la reunión con el enviado de Trump
A lo largo el encuentro, Lugones anticipó a Kennedy algunas de las medidas que se anunciarían, minutos más tarde, a través de un comunicado de la cartera que comanda. Acorde al documento, "Argentina avanza hacia un modelo sanitario más libre, transparente y preventivo" con una serie de políticas para "pasar de un modelo sanitario centrado en reparar la enfermedad a uno enfocado en cuidar la salud basado en evidencia científica".
Este cambio de línea implica, en primer lugar, una revisión de organismos nacionales de salud para "ordenar, actualizar y transparentar estructuras y procesos que durante años funcionaron con superposiciones, normas obsoletas y escasa supervisión". En este sentido, se prenuncian una serie de resoluciones para reorganizar áreas y transparentar la trazabilidad, con cambios que impactarán dentro del ministerio y los organismos vinculados a Salud.
"Este plan busca poner en revisión lo que se naturalizó, simplificar lo que se burocratizó y transformar lo que se capturó. Porque no hay calidad sanitaria posible si los propios organismos del Estado no funcionan con transparencia, eficiencia y foco en la salud del ciudadano", esgrime el comunicado oficial.
De igual modo, bajo la premisa de la "soberanía sanitaria y decisiones nacionales", la Argentina reafirma su decisión de retirarse de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Decisión va acompañada de una exhortación a la comunidad internacional para revisar el financiamiento de los organismos supranacionales alineada con la pulseada de Trump con este tipo de entidades supranacionales, que se remonta a los tiempos de la pandemia y su primer turno en la Casa Blanca.
"Hoy la evidencia indica que las recetas de la OMS no funcionan, porque no están basadas en ciencia sino en intereses políticos y estructuras burocráticas que se resisten a revisar sus propios errores. Lejos de corregir el rumbo, la OMS ha optado por ampliar competencias que no le corresponden y condicionar la soberanía sanitaria de los países", reza el documento, que copia el tono y concepto de la gestión Trump.
La decisión promete no pasar desapercibida ya que son varias las organizaciones en Argentina vinculadas a las políticas sanitarias y los derechos humanos que rechazan esta decisión de la Casa Rosada. Sin ir más lejos, el último fin de semana, el CELS advirtió sobre una decisión que "no sólo es inconstitucional, sino que tendrá consecuencias severas sobre la salud pública".
Por esas razones, junto a otras organizaciones, demandarán a la Asamblea Mundial de la Salud que rechace la decisión del gobierno de Javier Milei. No obstante,la decisión de Argentina no se abordaría antes de enero de 2026 cuando se reúna el Consejo Ejecutivo para evaluar la decisión y elevar un informe al respecto a la 79ª Asamblea Mundial de la Salud.
Vacunas y medicamentos para enfermedades poco frecuentes: qué cambia desde ahora
Asimismo, desde Salud anunciaron en el extenso comunicado que difundieron tras la reunión de Lugones con el enviado de Donald Trump que se pondrá bajo revisión el uso de autorizaciones rápidas (fast-track) para medicamentos de altísimo costo, especialmente aquellos destinados a niños y enfermedades poco frecuentes.
"La innovación no puede justificar decisiones apresuradas ni sin evidencia sólida. Se abrirá una discusión técnica sobre los criterios de aprobación, priorizando la seguridad del paciente y la sostenibilidad del sistema, para que los nuevos tratamientos no se transformen en improvisación autorizada", sostiene el texto público.
Y en uno de los puntos que promete generar mayor controversia, establece queel Ministerio de Salud "pondrá el foco en los procesos de fabricación, aprobación y supervisión de vacunas, con el objetivo de garantizar que las decisiones sanitarias estén basadas en evidencia pública, verificable y con controles efectivos".
En este sentido, se refiere a impulsar que "las vacunas sean sometidas a estudios clínicos con grupo placebo como estándar mínimo, tal como se exige a otros productos médicos", poniendo el foco en la vacuna contra el COVID-19, "aplicada sin grupo de control y bajo condiciones de aprobación excepcionales".
"Revisar no es negar: es exigir más evidencia, no menos. Este enfoque busca elevar el rigor del proceso y reforzar la confianza pública a partir de datos comparables, accesibles y verificables", justifica en lo que asoma como un cambio de paradigma sustancial en relación al posicionamiento de la Argentina frente a las vacunas aplicadas durante la pandemia. Al tiempo que promete mantener y "fortalecer las campañas de vacunación seguras, como la del sarampión, con eficacia comprobada y consenso internacional".
Según fuentes consultadas por El Cronista, la revisión de vacunas no abarcaría a las dosis que ya forman parte del calendario obligatorio que se aplica en la Argentina.
Por último, en un apartado relacionado con los alimentos, el Gobierno nacional inicia una agenda integral para revisar y restringir "el uso de aditivos sintéticos potencialmente riesgosos en productos alimentarios"al tiempo que "cuestiona el rol de ciertos ingredientes utilizados por la industria alimentaria y su posible vínculo con el aumento de enfermedades crónicas".
En el encuentro con Sturzenegger, también abordaron los avances del Gobierno nacional en la desregulación del sistema de salud, en particular con obras sociales y prepagas, así como la implementación de la receta electrónica en todo el país, y la desburocratización del sistema.
"Nos contó de algunos problemas similares que tienen en Estados Unidos. Un Gobierno que gasta de manera poco eficiente en el sistema de salud ya que no genera resultados positivos para la ciudadanía. Fue un intercambio muy enriquecedor", publicó luego Lugones.
Quién es Robert Kenny Jr: de sus conquistas ambientalistas a las polémicas por las vacunas
Robert Kennedy Jr pertenece a un extenso linaje demócrata en la política estadounidense. Hijo del senador Robert (Bob) Kennedy y sobrino del expresidente John F. Kennedy, el actual secretario de Salud y Servicios Sociales llegó a enfrentarse a Trump antes de renunciar a su carrera presidencial y sumarse a las filas del republicano.
Durante años, moldeó un perfil antisistema como abogado ambientalista y fundador de organizaciones como Children's Health Defense y Waterkeeper Alliance, litigando contra corporaciones como el caso DuPont, en 2007, y Monsanto, en 2017. Sin embargo, en los últimos años, su figura se volvió controvertida por promover teorías conspirativas y datos que fueron catalogados como desinformación sobre vacunas.
RFK Jr fundó una ONG cuya divulgación entró en disputa con la comunidad científica además de declararle abiertamente la guerra a Anthony Fauci -el jefe de los epidemiólogos de la Casa Blanca durante la pandemia- y Bill Gates a quien acusó de actuar en beneficio de intereses privados durante la crisis sanitaria de 2020.
Kennedy, no obstante, niega ser un "antivacunas". De hecho, al ser confirmado por el Senado, moderó su tono y respaldó vacunas como las del sarampión y la polio, aunque se mostró más reticente a la hora de avalar las vacunas contra el Covid-19.. Hoy su nombre es sinónimo en la gestión Trump de una cruzada contra el "complejo farmacéutico y alimentario". No en vano la votación para su cargo en manos del Senado de las más ajustadas, 52 a 48.
Como Lugones ahora en Argentina, Kennedy promete combatir la obesidad, regular los alimentos ultra procesados y "limpiar la corrupción" en la relación entre industria y Estado. Su área maneja un presupuesto de u$s 1,9 billones y más de 80.000 empleados.