A un mes del inicio formal de la campaña comercial 2022/23, el Gobierno, el agro y los propios técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI), analizan en detalle el remanente de soja que aún quedó sin liquidar de la última cosecha, que podría ser el punta pie para un nuevo esquema especial de liquidación de divisas para engrosar las reservas del Banco Central. La última estimación de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) señala que, descontando el producto que se destina al uso para semilla, consumo en chacra, producción de expeller y pérdidas, restarían por comercializarse 3,5 millones de toneladas de soja. Además, se suman 3 millones de toneladas de negocios que se hicieron con precio a fijar lo que arroja un stock aproximado de 6,5 millones de toneladas. Aunque no se descarta que "parte de esta mercadería pase a componer stocks iniciales de la nueva cosecha", considerando que resta apenas un mes para el inicio formal de la campaña comercial 2022/23, ese volumen hoy, pueden significar un ingreso de u$s 3600 millones si el ministro de Economía, Sergio Massa, activa un "dólar soja 3". Si bien los volúmenes son inferiores a los que se operaron en las ediciones anteriores del "Programa Incremental de Exportaciones" que se lanzaron el año pasado, se trata de cantidades "considerables" frente a la liquidación de los dos primeros meses del año en torno a los u$s 800 millones, de forma consecutiva. "En febrero del año pasado estábamos en u$s 2100 millones", señaló Gustavo Idígoras, titular de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y del Centro de Exportadores de Cereales (CEC) y marcó que "particularmente, el efecto sequía ha atravesado ese mes porque perdimos 8 millones de toneladas de trigo". "Si bien parece que ya lo hubiésemos descontado, porque hace 3 meses hablamos de la pérdida del trigo y recién ahora de maíz y soja, las consecuencias económicas y comerciales empiezan a sentirse ahora", planteó. En el segundo mes del año, reforzó Idígoras, los embarques de trigo se redujeron en un 85% y la caída de ingreso de camiones de trigo, maíz y soja 73%, en relación al mismo mes del año anterior. En ese sentido, apuntó al "efecto residual" del "dólar soja" que se aplicó en diciembre. "La venta prevista de febrero se anticipó, por eso, ante la caída por sequía, no hubo producto para sustituir la liquidación", explicó. Los efectos sobre el ingreso de dólares al país son cada vez más duros, no sólo por la incapacidad de cumplir la meta de acumulación de reservas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sino porque la falta de disponibilidad de dólares para insumos pone contra las cuerdas la actividad económica. En este escenario, el Gobierno aguarda respuesta del organismo internacional sobre el pedido de flexibilizar la meta de acumulación de reservas del primer trimestre. Técnicos del staff, mantuvieron diálogo directo con referentes del agro, días atrás, para comprender la "profundidad" del efecto de la sequía. En simultáneo, el equipo económico estudia con precisión cuándo lanzar una nueva zanahoria a los agroexportadores que "ya se han acostumbrado a contar con mejores precios", asumió Idígoras. "Este año, más que el cumplimiento con el FMI, la Argentina necesita de divisas para pagar las importaciones: el efecto sequía implica falta de repuestos para celulares, neumáticos, cajas de cambio, etc.", resumió el titular de CIARA-CEC y confirmó que el Gobierno está "muy interesado" en buscar mecanismos que le generen ingreso de dólares.