En esta noticia

Con la ampliación del dólar agro para las economías regionales, con el precio de los alimentos corriendo al 10% mensual, mientras tienta a los productores a ingresar divisas al Banco Central, el Gobierno trazó las condiciones de acceso para evitar cargar más presión sobre el próximo Índice General de Precios (IPC).

Este lunes la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca oficializó los requisitos para que las economías regionales se sumen a la tercer versión del Programa de Incremento Exportador (PIE), que diseñó el equipo económico que conduce Sergio Massa.

"La iniciativa permitirá mejorar la rentabilidad de las y los productores, asegurando el abastecimiento del mercado interno y fortaleciendo la generación de empleo en los diferentes puntos del país", indicó Juan José Bahillo, titular de la cartera de Agricultura.

Según la Resolución 138/2023, podrán acceder al tipo de cambio preferencia de $300 por cada dólar, las actividades vitivinícola, olivícola, apícola, pesquera, forestoindustrial, lanera, como así también de la producción de legumbres, ajo, té, maní, tabaco, limón, frutas -tales como la cereza, la ciruela y el arándano- .

Además, se incorporan productos especiales que se destinan al mercado externo casi con exclusividad como el maíz pisingallo, el girasol confitero y los productos que revistan la condición de ecológicos, biológicos u orgánicos debidamente certificados y autorizados por el organismo competente.

El costo de los dólares frescos

Como "ancla" para evitar el traslado del mejor valor de exportación a los precios en la góndola local, Economía dispuso condiciones para quienes quieran ingresar al beneficio cambiario.

En principio, deben demostrar exportaciones en algún momento de los 18 meses inmediatos anteriores a la entrada en vigencia del Decreto N° 194 de fecha 9 de abril de 2023. Además, se comprometen a mantener o incrementar durante la vigencia del PIE la cantidad de puestos de trabajo registrados.

Asimismo, las firmas que pretendan liquidar sus divisas a $300, deberán "abastecer el mercado local con las mercaderías -consignadas en el Anexo-, manteniendo o incrementando los volúmenes" y, en el mismo sentido "cumplir los acuerdos de precios para el mercado local que al respecto establezca la Secretaría De Comercio del Ministerio de Economía".

La medida recibió el beneplácito de gran parte del sector agroexportador, cuyas producciones se vieron deterioradas por la sequía un buscan una compensación, sin embargo, la necesidad de cumplir con el congelamiento de precios en el mercado interno encendió el debate.

Mercados de exportación

"El productor que ha sufrido la seca por lo general no es el exportador sino los acopiadores, centros de empaque y bodegas que producen la transformación", explicó Pablo Vernengo, director Ejecutivo de la Cámara de la Mediana Empresa (CAME).

En ese sentido, señaló que en aquellas producciones que están integradas como el maíz o el arroz el productor va a recibir el beneficio en forma directa con un mejor precio, pero en otros casos "ni lo van a ver", aseguró.

"Quien entregó peras y manzanas durante enero, febrero y marzo, ya tiene un remito y comenzará a cobrar en junio al precio que fijó", dijo y aclaró que las economías regionales no funcionan como los commodities , con una pizarra de cotizaciones".

"La negociación se da por calidad, volumen y precios y se cobra a los 45 días que el producto llegó a destino", apuntó el referente de CAME.

Barrera de entrada

Los últimos datos de Federcitrus estiman una caída en la producción de limón de 20% y hasta un 35% en naranjas y mandarinas, una situación que elevó los precios en el primer trimestre del año y obligó al Gobierno a abrir las importaciones para suplir la demanda interna.

"En el período estival el cítrico se guarda en frigoríficos para tener continuidad en la oferta durante los meses de marzo y abril, pero la sequía tan aguda no permitió que se cumpla con este circuito de abastecimiento del mercado interno", contó Gustavo Piloni, titular de la Fundación Regional de Sanidad y Calidad Citrícola de Noreste Argentino (Fundanea).

A partir de la cosecha de abril, se estima que para el 10 de mayo el negocio y los precios internos se normalizaran.

El frente externo, en cambio, luce más complicado. "Aquellas empresas de perfil exportador únicamente se nos hace complicado -ingresar al programa exportador-porque no tenemos cómo cumplir condiciones de abastecimiento en el mercado interno".

Piloni aclaró que se trata de dos segmentos de mercado diferentes: "Lo que produce la matriz productiva para exportación, el mercado interno no lo consume".

Concentración

En el caso del vino que también ingreso al PIE, Andrés Ridois, gerente general de bodegas ColossoWines, marcó que en Mendoza la sequía se vive año a año con una declinación del agua en los últimos 20 años, sin embargo, otros efectos climáticos como las heladas y el calor llevaron la producción de uva a los niveles más bajos en términos históricos.

En relación a los beneficios del dólar agro para el sector Ridois indicó que tan sólo 4 agrandes empresas que manejan alto volumen y bajo precio tiene la capacidad de exportar y comercializar en el mercado interno.

"Estamos en el negocio de los 1000 días, por eso, estas medidas de algunos meses no nos sirven; no tenemos stock como la industria de aceite o cereales para liquidar cuando nos conviene sino a medida que se concretan operaciones y de acuerdo a los plazos determinados".

Como alternativa, desde su visión de economista planteó que sería más efectivo si fuera permanente para poder atacar el problema de fondo"la inflación que no se ve reflejada en el precio del dólar".

Ridois señaló que históricamente sus bodegas mantienen una relación 60/40 entre mercado interno y exportación, pero aseguró que en lugar de aumentar las ventas al exterior hay productos que se dejan de ofrecer porque "no es competitivo, con el valor del kilo de uva por encima de los $300".