La posibilidad de que Estados Unidos despliegue una serie de mecanismos para asistir a la economía argentina fue bien recibida por los mercados, algo positivo per se para Javier Milei, aun cuando su implementación concreta podría llevar tiempo y requerir la aprobación del Congreso Nacional, según la herramienta que se elija.
Tras la reunión entre Milei y Donald Trump realizada ayer en Nueva York, y en medio de críticas opositoras, esta mañana el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, se refirió a la calidad de las negociaciones, aunque de manera difusa en algunos puntos.
Para tres constitucionalistas consultados por El Cronista, incluso sin conocerse el detalle de los posibles acuerdos, algunos de los mecanismos planteados deberán, desde el inicio, contar con el aval parlamentario. Si se trata de cuestiones vinculadas a la deuda pública, sostienen, la Constitución otorga al Congreso la potestad de aprobar o rechazar empréstitos con organismos multilaterales o con terceros países.
Bessent mencionó la posibilidad de "comprar bonos argentinos en dólares", de "un importante crédito stand-by a través del Fondo de Estabilización Cambiaria", de "una línea swap de u$s 20.000 millones con el Banco Central" y de la compra de "deuda gubernamental, secundaria o primaria". En ese sentido, no todas las opciones implican lo mismo.
"Desde el punto de vista constitucional, desde 1853, en el artículo 75 incisos 4 y 7, se le da potestad al Congreso en todo lo que tenga que ver con empréstitos y deuda", explicó el especialista Andrés Gil Domínguez. Su colega Daniel Sabsay coincidió al señalar que "la Constitución argentina establece que el Congreso ‘arregla la deuda externa...' y arreglar ha sido interpretado como todo lo que se relaciona con la deuda".
Desde esa perspectiva, todo aquello que implique un empréstito con devolución de intereses, del tipo que fuere, debe pasar por el Congreso y conseguir su aprobación por mayoría simple.
En cambio, Milei podría acceder a un swap de monedas sin necesidad de votos parlamentarios, siempre y cuando no suponga ningún tipo de interés.
El Tesoro estadounidense también podría comprar bonos ya emitidos por la Argentina, dado que se encuentran en el mercado. No sería la primera vez que un Estado adquiere títulos de otro.
Distinto sería si el Gobierno emitiera un papel especial para satisfacer el acuerdo: en ese caso, la emisión debería ser autorizada por el Congreso, usualmente a través de la ley de Presupuesto, aclaró Gil Domínguez.
El constitucionalista también advirtió sobre la posibilidad de incluir cláusulas no financieras como condición de la ayuda. "Si vos te obligás, es un tratado con otro país y tiene que pasar por el Congreso", sostuvo.
Entre las especulaciones se mencionaba la eventual incorporación a la negociación de la explotación de las llamadas "tierras raras", insumos estratégicos para la industria de defensa.
En este punto, Eduardo Barcesat recordó que todo lo vinculado a recursos naturales tiene un impedimento adicional, ya que el artículo 124 de la Constitución de 1994 reconoce a las provincias como titulares de los mismos.
Bessent, además, señaló que mantuvo contactos con "numerosas empresas estadounidenses que planean realizar importantes inversiones extranjeras directas en Argentina en múltiples sectores". Sobre este aspecto no existe ninguna prohibición legal, aunque el funcionario aclaró que esas inversiones se concretarían "en caso de un resultado electoral positivo" para La Libertad Avanza.
Finalmente, insistió en que se comenzará a trabajar con la Argentina "inmediatamente después de las elecciones". Ese será, entonces, el primer desafío de Milei. Más adelante habrá que ver cuál es la herramienta elegida para concretar la asistencia.