La primera mitad de 2025 está mostrando que la esperada reactivación del consumo masivo se hace desear y no alcanza a levantar vuelo. Las últimas mediciones, tanto la del INDEC referida a abril, como la de consultoras privadas (mayo, para el caso de Scentia), muestran muy leves recuperaciones intermensuales, menores al 1%, y desde ya mayores en comparación a un año atrás, cuando recién empezaba el rebote de la actividad tras el fuerte ajuste que signó el inicio del plan económico libertario. Todo ocurre en un contexto de permanente recorte del gasto público, caída salarial real cercana al 15% de los empleados públicos y la pérdida moderada de puestos de trabajo. La recuperación de los salarios privados se desaceleró frente a la marcha de la inflación. El IPC de mayo podría significar una reversión de tendencia. Hay que esperar los datos oficiales. El poder adquisitivo, hacia adelante, podría mejorar levemente, según la opinión de analistas privados. Desde la consultora Eco Go, Sebastián Menescaldi le dijo a El Cronista: "La verdad es que el mercado laboral local no va a estar vibrante, tampoco esperamos crecimiento. En los últimos doce meses casi no se creó empleo a pesar de la suba de 6% de la actividad. Y si se consolida este modelo, parte de la economía real va a seguir ajustándose y los salarios reales se mantendrán estancados, aunque con cierta heterogeneidad". Algo más optimista, o menos pesimista, si se quiere, es la mirada de la consultora Abeceb: "La expectativa para los salarios registrados de los próximos doce meses es de un incremento en torno al 22% nominal" dice el economista Jerónimo Montalvo. Para ese período hay una expectativa de inflación del 20,9%, según el último Relevamiento de expectativas del Banco Central. SIgue Montalvo: "Esa suba del 22% se traduciría en una suba real de casi 7 puntos, en un contexto de sostenida baja de la inflación, mayor actividad e incremento de la inversión". Además, en Abeceb esperan que siga recuperando terreno perdido el ingreso informal, con un alza algo mayor (en torno al 27%; +10% real). En este marco, los salarios totales estarían mostrando una suba nominal cercana al 23%, es decir una aumento del poder adquisitivo similar al de los salarios registrados" . Lo que se vio con el consumo masivo hasta ahora es que le cuesta levantar vuelo. De todas maneras esta realidad contrasta con un dato objetivo: los precios de los alimentos han venido incrementándose por debajo del promedio que refleja el IPC. Una mirada posible es qué pasó con el poder adquisitivo del salario registrado medido según el RIPTE. El último dato oficial corresponde a abril, cuando se informó un salario de $ 1.402.606 pesos. Es un valor 214% superior al RIPTE de noviembre de 2023, que fue de $ 447.079. En ese mismo período se registró una inflación del 205%, es decir una leve ganancia real de los salarios. Si la comparación se centra en salarios versus "la mesa de los argentinos", la mejora del poder de compra es un poco mayor. El sub índice "Alimentos y bebidas no alcohólicas" marcó un aumento de 190%. Es decir que el salario privado registrado de abril de 2025 compraba más alimentos y bebidas que el de noviembre de 2023. Esto surge de comparar los precios relevados por el INDEC en noviembre del 2023 con los de abril de 2025 para una lista de productos de la canasta básica, y esos precios a su vez compararlos con otro "precio" y su evolución, en este caso el monto en pesos correspondiente al RIPTE de esos mismos meses. Así, el salario RIPTE noviembre de 2023 ganó poder adquisitivo en la compra de, por ejemplo, azúcar, arroz blanco, yerba mate, vino común, harina de trigo, bebidas gaseosas, pan francés, huevos, carne picada, pollo entero y asado de tira. Todos estos productos registraron aumentos menores al del salario privado registrado. Por el contrario, el salario RIPTE perdió poder adquisitivo contra leche fresca, yogur entero, queso cremoso, agua sin gas, sal fina y café molido. Todos estos productos muestran aumentos porcentuales punta a punta (abril 2025 vs noviembre 2023) mayores a los del salario privado registrado. Para que el salario le haya ganado, mayormente, al índice de precios de alimentos y bebidas fue clave la quietud del dólar. Y desde ya la suba menor al promedio de los alimentos fue decisiva para que el índice de pobreza retrocediera -último dato oficial- al 38,1% al cierre de 2024, aunque se calcula que hoy ya está cerca de perforar el 34%. Insoslayable para entender el vuelo bajo del consumo masivo es registrar lo que pasó con los servicios. De los datos del INDEC surge que entre noviembre de 2023 y abril de 2025 la canasta de bienes subió 180% y la de servicios 278%. Todas las comparaciones se hacen hasta abril de 2025 porque hasta ese mes llega el dato del salario privado registrado. Pero más allá de la marcha esperada de los salarios, ¿Qué pasa y qué puede pasar con el consumo de ahora en adelante? El consultor Fernando Moiguer expresa estas ideas en su informe "Social mood" (humor social) correspondiente al segundo trimestre de 2025. "Las realidades son distintas. Hay una Argentina "dolarizada" y otra "pesificada". Mientras los segmentos medios-bajos tienen dificultades para afrontar gastos, los segmentos medios-altos expanden su consumo en dólares. Un segmento impulsa los viajes y el consumo afuera, para otro segmento es necesario intentar anabolizar con promociones y descuentos" La consultora CEPEC traza este panorama: "La recuperación del consumo observada en los últimos meses no está garantizada ni consolidada. Su continuidad dependerá de una serie de factores que, de no mantenerse estables o en mejora, podrían revertir la tendencia positiva. En primer lugar, el proceso de desinflación debe sostenerse. Si los precios vuelven a acelerarse, especialmente en alimentos o servicios regulados, los hogares podrían volver a retraer sus decisiones de compra." La evolución del consumo y de la inflación serán claves en este año electoral. A simple vista, todavía son mayoría los hogares que llegan con lo justo a fin de mes. Y la inflación parece haber descendido en el ranking de preocupaciones de los ciudadanos. Todas estas variables se cruzarán en las distintas escalas del calendario electoral.