Cristina Fernández de Kirchner y Daniel Scioli se reunieron durante más de una hora en el Instituto Patria, en lo que fue un gesto poco común en la relación entre ambos, donde los desplantes de parte de la expresidenta hacia el exgobernador y último candidato presidencial del Frente para la Victoria fueron una constante.
La exjefa de Estado ya había sorprendido hace unos días con una inusual defensa del motonauta, ni bien se dieron a conocer las denuncias de Elisa Carrió contra quien fuera compañero de fórmula de Néstor Kirchner en las elecciones de 2003.
Según Cristina, el Gobierno impulsa causas contra los que ve que pueden ser candidatos u “obstaculizarles una elección”, según la conclusión a la que llegó tras ver “lo que también le está pasando a otro dirigente de nuestro espacio político que fue candidato a presidente”.
La expresidenta también tuvo hoy su trámite judicial del día, cuando concurrió a la audiencia de mediación con Margarita Stolbizer, en la que no hubo acuerdo y ambas ratificaron sus posturas por la demanda sobre “calumnias e injurias” y “daño moral” que inició la ex mandataria contra la legisladora.
El acercamiento entre Cristina y Scioli se produce, además, en un contexto en el que el PJ navega sin rumbo entre sus múltiples divisiones, la amenaza de nuevas fugas dentro del Frente para la Victoria y distintas alternativas en danza: deskirchnerización total, acercamiento a Sergio Massa y gestos para que vuelva al redil, macrismo más o menos explícito como el que expresan el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey o el de Tucumán, José Manzur.
Ninguna de estas variantes, claro, tienen a la exPresidenta como una referencia, lo que pareció hacerse más nítido con el intercambio de gentilezas que Cristina y Miguel Angel Pichetto y José Luis Gioja se prodigaron la semana pasada. Fue cuando la exjefa de Estado dijo, en una entrevista televisiva, que la oposición era una “cuasi oposición”, sin excluir de la crítica al FPV, tras lo cual recibió la respuesta del jefe del bloque kirchnerista en el Senado: “Los expresidentes no deberían hablar de cuestiones de coyuntura”. Molesto por el pedido de Cristina para que también se audite la obra pública en San Juan, el sanjuanino le devolvió un “es fácil estar lejos, venir por ratos y decir un montón de cosas".
Scoli, finalmente, aunque recién abandonó su perfil bajo forzado por las denuncias de Carrió, fue el último candidato presidencial kirchnerista y no perdió por paliza, sino todo lo contrario y, pese a que carece hoy de una estructura territorial y caja propia, sus parsimonia zen y su equidistancia de todo lo ponen en un lugar no desdeñable en medio de tanta confusión y movimientos erráticos dentro del peronismo. Cristina sabe, además, que los ultra k que la rodean ni "los pibes del secundario" que, hay que decirlo, no estuvieron a la cabeza del movimiento que consiguió el boleto estudiantil gratuito en la Provincia, alcanzan para ampliar el cerco contra la ofensiva judicial que ella denuncia ni para un armado político con perspectivas.