

El Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano sostiene que del análisis del acuerdo con Argentina que hizo el staff técnico del Fondo Monetario Internacional (FMI) se desprende la creencia que el programa acordado se basó más en cuestiones políticas que técnicas.
En ese sentido, según el CENE los técnicos del Fondo advirtieron los riesgos existentes para la implementación de las políticas, y el escaso apoyo político, más allá de la votación en el Congreso, lo que constituyen razones para que en el organismo piensen que "el acuerdo fracasará", indicó.
Tras analizar el staff report del FMI, el documento de 178 páginas producido por el staff técnico del Fondo Monetario Internacional que intervino en las negociaciones con el Gobierno, el CENE sostuvo que del documento se desprende que el programa tiene riesgos "extremadamente elevados".

"Mientras el Directorio del FMI daba su aprobación al acuerdo celebrado con el Gobierno argentino, se conoció el documento del staff técnico. Del mismo se infiere que la aprobación respondió más a directrices políticas que a razones técnicas", indicó Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano.
El experto agregó que "se repite así lo ocurrido con el acuerdo stand-by de 2018, en el que también primaron consideraciones políticas para su aprobación".

En ese sentido, el economista consideró que los miembros de la misión técnica "se preocuparon en remarcar las dificultades que observan para que el acuerdo resulte exitoso". Explicó que en tal sentido, "señalaron que ‘persisten los riesgos de implementación de políticas', agregando que ‘el apoyo político para el programa puede ser frágil', lo cual hace que esté sujeto ‘a riesgos significativos'".
En relación a la sustentabilidad de la deuda externa argentina, el director del CENE explicó que para el staff del FMI es sustentable pero "no lo es con alta probabilidad". Y finalmente, "el staff reconoce que los riesgos del programa son ‘extremadamente elevados', por lo cual una recalibración sería necesaria si aquellos llegaran a materializarse", indicó.
"Es evidente la preocupación de los integrantes del staff por dejar en lo posible a salvo sus responsabilidades, reconociendo la alta probabilidad de que el programa fracase, al igual que ocurriera con los dos anteriores: el de 2000 y el de 2018", precisó Víctor Beker.












