El Gobierno, empresarios y gremios aliados al kirchnerismo acordaron ayer un aumento escalonado del 28,5% en el salario mínimo, vital y móvil, que desde enero alcanzará los $ 6060. La medida, que se concreta tras el cierre de las principales paritarias del sector privado y a 20 días de las primarias nacionales, fue anunciada por la presidenta Cristina Fernández al término de las deliberaciones que mantuvieron, en el marco del Consejo del Salario, los ministros de Trabajo, Carlos Tomada, y Economía, Axel Kicillof, con representantes de las cámaras empresarias y de las vertientes oficialistas de la CGT y la CTA, que conducen Antonio Caló y Hugo Yasky respectivamente.
"El salario mínimo pasará a equivaler a 517 dólares en julio (sic) y será el más alto de la región. Es importante para un presidente de la República que empresas y trabajadores puedan ponerse de acuerdo", saludó Cristina al anunciar la suba del haber que beneficia en forma directa a alrededor de 300 mil trabajadores fuera de convenio y funciona como referencia para los sueldos en el sector informal de la economía. La Presidenta consideró "inédito en el mundo" el hecho de que un jefe de Estado participe del cierre del Consejo del Salario y a que esa entidad se reúna por 12 años consecutivos.
El acuerdo del órgano tripartito fijó un incremento del 28,5% sobre el actual piso salarial de $ 4716. La suba se aplicará en dos tramos: desde el 1 de agosto el salario mínimo se elevará un 18% y alcanzará a $ 5558, en tanto que a partir de enero se incrementará el 10,5% restante con lo que llegará a $ 6060.
Como aspiraba el Gobierno, el aumento convenido replicó como referencia el incremento salarial promedio de un conjunto de paritarias del sector privado formal, parámetro que de acuerdo con las estimaciones de la cartera laboral se ubicó este año en el 28,5%. A su vez, la centrales sindicales cercanas al Ejecutivo lograron su objetivo de asegurar un piso de 18% para la primera cuota del aumento del haber mínimo.
Junto a Cristina, el ministro Tomada, empresarios y sindicalistas destacaron la institucionalización del Consejo del Salario como instancia promotora del diálogo social. "Queda una institución hacia adelante que seguramente se profundizará y mejorará, pero hemos dejado la semilla plantada", aseguró el titular de la cartera laboral. Por su parte, Daniel Funes de Rioja, en representación de la Unión Industrial, ratificó el compromiso empresario con el diálogo y la discusión y reclamó avanzar en la construcción de un consejo económico y social. "El diálogo social tiene que dar más y estamos comprometidos con que así sea", apuntó.
A su turno, Caló reivindicó las discusiones y las negociaciones paritarias, al tiempo que exhortó al próximo gobierno a mantener "estas instituciones, lo conquistado y a mejorar lo que haya que mejorar". De las deliberaciones del Consejo del Salario no participaron la CGT opositora, de Hugo Moyano, y la CTA Autónoma, de Pablo Micheli, que criticaron haber sido excluidas del debate y denunciaron un fuerte deterioro del salario mínimo en los últimos nueve años (ver aparte).