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En cualquier deporte, jugar en casa tiene múltiples beneficios, algunos intangibles y otros determinantes para el éxito. El tenis no es una excepción: ser local es un factor clave desde lo emocional y, sobre todo, para el bolsillo. Esta semana se disputa en Santa Fe el sexto y último Challenger de 2023 en el país, con organización de la Asociación Argentina de Tenis. Este circuito resulta fundamental para el desarrollo de un tenista profesional: con 170 eventos por año en 40 países, compiten jugadores clasificados entre el puesto 80 y 400 del ranking mundial. Por aquí pasaron todos, incluidos Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic.

¿Por qué es importante que se jueguen en la Argentina y en la región? Se estima que un profesional de este nivel necesita alrededor de 80 mil dólares por año para afrontar una temporada completa. Esto es, para viajar por el mundo acompañado de un entrenador, en busca de esos puntos que le permitan crecer en el ranking y pasar al siguiente nivel de torneos: el ATP Tour.

Una gira de un mes por Europa para jugar cuatro torneos puede tener un costo cercano a los 5 mil dólares en concepto de aéreos, las noches de hotel que no cubre la organización si se pierde temprano y "gastos varios". Aquí no entran factores tales como el desgaste que suponen los viajes (dato: un jugador que a esta altura del año disputó 25 torneos ya recorrió unos 100 mil kilómetros), la lejanía del hogar y, en lo deportivo, la imposibilidad de contar con equipo completo (preparador físico, kinesiólogo, masajista, etc).

Navone y Comesaña crecen en sus carreras de la mano del ATP Challenger Tour en el país

DOS CASOS TESTIGO

La noche del miércoles en Santa Fe se cerró con un verdadero clásico de este circuito: Mariano Navone y Francisco Comesaña. Ganó el primero. Tienen 22 y 23 años -respectivamente-, son amigos y ya se enfrentaron 10 veces. Ellos representan dos casos de cómo este circuito cambió sus carreras en los últimos dos años y cuánto los ayudaron los torneos en casa.

Navone inició 2022 en el puesto 561 y compitiendo en el escalón más bajo del profesionalismo. Tres finales de Challenger en la Argentina lo metieron de lleno en el circuito pro. Cerró el año dentro del top 250. En 2023 jugó la qualy de Roland Garros y cayó en 1° ronda. A mitad de año, en Polonia ganó su primer Challenger. Recaudó lo mismo que por haber perdido rápido en París: 16 mil dólares. Jugó y volvió a caer en el debut de la qualy de Wimbledon y cobró una cifra similar. Regresó al país y salió campeón en Santa Fe, luego en Bolivia y finalmente en Buenos Aires. Con 4 títulos en el año, es el máximo ganador del circuito en 2023 junto al brasileño Seyboth Wild. Sólo jugando Challengers en Argentina en los últimos dos años recaudó casi 40 mil dólares, el 23% de su prize money total. Este trampolín le permitió, a su vez, probarse en el máximo nivel del tenis mundial. Dice que, si pudiera asentarse en esa esfera, sumaría a sus giras al kinesiólogo, un lujo que hoy sólo puede permitirse cuando juega en el país.

El segundo semestre de 2022 Comesaña lo inauguró ganando dos Challengers consecutivos en Argentina. En ambas finales venció a Navone. Subió casi 100 puestos en el ranking y eso le dio la chance de jugar la qualy del US Open, donde el premio por perder en primera ronda superó los 20 mil dólares. Luego jugó 7 semanas en Sudamérica. Los resultados no fueron buenos y en 2023 bajó de categoría. Pero pronto recuperó su nivel, jugó los 6 Challengers en el país y volvió a la qualy del US Open. Esta vez quedó en la puerta del main draw: perdió en 3° ronda y embolsó 45 mil dólares.

Hoy es el jugador que más partidos ganó en el año en este circuito (récord 41-17) y el 117° del mundo. Si consigue meterse en el top 100, su perspectiva cambiará: entrar en el mundo ATP significa perder una primera ronda y cobrar lo mismo que por llegar a la final de un torneo como el Challenger de Santa Fe. Competir en casa fue clave en este proceso. "Acá estoy con equipo completo y familia, algo muy positivo porque estamos mucho tiempo solos. Ir a Europa es estar por lo menos dos meses o más, dependiendo de la situación económica", dice Comesaña.

Una postal del AAT Challenger Santa Fe, el último torneo del año en casa

UN MUNDO DE OPORTUNIDADES

El Challenger Tour es uno de los puntales del ranking ATP, donde Argentina tiene 7 representantes en el top 100, 15 en el top 200 y 27 en el top 400. Y una plataforma para jóvenes con bajo ranking que reciben invitaciones en sus países de origen. Lautaro Midón, de 19 años, recibió 8 wild cards para torneos de este nivel disputados en Argentina entre 2021 y 2023. Así es como la AAT apoya su inserción al profesionalismo con un impacto directo en su economía.

También es una oportunidad para volver a ser. Juan Manuel Cerúndolo ya fue campeón ATP y pasó por todos los torneos de Grand Slam. Pero se lesionó, salió del top 100 y, pese a que ganó los dos primeros Challengers del año en el país, aún necesita puntos para reinsertarse en el tour principal. Allí está la diferencia. A los 21, sólo en concepto de premios recaudó 870 mil dólares. Ni Navone ni Comesaña llegan a los 200 mil. Si no hubiera jugado esta semana en Santa Fe, el menor de los hermanos Cerúndolo cree que ahora mismo estaría en Asia, jugando las qualy de la gira indoor.

Facundo Bagnis es uno de los 10 tenistas más ganadores en la historia del circuito, con 16 títulos, y está a un paso de alcanzar las 350 victorias. Tiene 33 años y es "el jugador Challenger" en actividad por excelencia. Resulta interesante leer su análisis: "El ahorro por jugar en casa es mucho, sobre todo ahora por la economía del país, y te permite invertir en tu equipo. Yo que estoy en el final de mi carrera invierto en kinesiólogo para cuidar mi cuerpo. Actualmente tengo un arreglo por día, entonces si juego acá y pierdo rápido, libero a esa persona para que pueda volver a su trabajo y yo ahorro dinero. En cambio cuando hago una gira por el exterior, son mínimo tres semanas que se pagan completas, junto al resto de los gastos del viaje. En definitiva, tener más Challengers en casa ayuda a meterte más rápido en los torneos grandes, donde a su vez el prize money es mayor que cuando yo comencé y había un torneo por año en el país".

¿Más beneficios? Alex Barrena destaca dormir en su casa y comer como en casa. Para Guido Andreozzi, competir acá es sinónimo de bienestar. Luciano Ambrogi mira más allá: aunque él -como buena parte del circuito- cuenta con un sponsor que financia su carrera, dice que ser local es un aliado decisivo para quienes no lo tienen y quieren ser profesionales.

En 2018 hubo 7 Challengers en Sudamérica. En 2023 serán 25. En 2024 Argentina volverá a quebrar su propio récord: 7 en el país, 6 organizados por la federación nacional. A fin de cuentas, los resultados son los que inclinan la balanza y marcan o no el despegue de los jugadores. Lo que jamás deben faltar son las oportunidades.