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La actualidad de Lionel Messi marcha en sentido inverso a lo que ocurrió durante buena parte de su carrera. Generalmente fue hostigado en la Selección Argentina y venerado en Europa; ahora disfruta de la Albiceleste y sufre en el Viejo Continente. Es que PSG es un infierno: estalló la interna en el vestuario y los ultras se acercaron a la práctica a pedir explicaciones por los magros resultados.
La relación entre los hinchas y el plantel está totalmente rota, pero suma sucesos negativos cada vez que el equipo pisa en falso. Si bien lidera en la Ligue 1 (a cinco unidades de Olympique de Marsella), la eliminación en la Copa de Francia y la derrota ante Mónaco por el certamen local hicieron estallar de furia a los aficionados, quienes este domingo reaccionaron.
Los ultras se reunieron en las inmediaciones de Camp des Loges, la ciudad deportiva del club, para pedir explicaciones a los jugadores por la delicada situación que vive actualmente el equipo.
Según informaron medios franceses, se amontonaron en el centro deportivo de Oredoo durante tres horas esperando una respuesta que nunca llegó. Sin ir más lejos, en ese intervalo de tiempo salió únicamente un auto, que fue recibido entre fuertes abucheos por los presentes sin saber de quién se trataba.
Interna en el vestuario
El clima caliente no sólo se percibe en la tribuna, sino también dentro del propio grupo. Según informó L'Equipe, luego de la última derrota Luis Campos les recriminó a varios de los jugadores "falta de agresividad".
La crítica no generó simpatía, ya que Neymar y Marquinhos habrían protagonizado el cruce más importante con el asesor deportivo. Según relata dicho medio, después del reto, los brasileños empezaron a hablar en portugués entre ellos de manera acalorada y la discusión duró unos cuantos minutos.

Además, el medio francés aseguró que el defensor también discutió con Donnarumma, a quien le habría pedido que no fuera a saludar a los ultras que viajaron hasta Mónaco. Sin embargo, el arquero italiano los ignoró y fue ovacionado por los hinchas caracterizados.
Por si fuese poco, Kimpembe tuvo que salir del estadio con un megáfono a calmar a los ultras desplazados al Principado ante la negativa de la plantilla de saludar a sus propios hinchas. Y Mbappé, ausente por lesión, se aferró a las redes sociales para pedir tranquilidad. En este clima enrarecido, PSG se midete ante Bayern Múnich por los octavos de final de la Liga de Campeones.













