El equipo económico encontró la forma de darle viabilidad al esquema de bandas cambiarias que adoptó en abril pasado, después del levantamiento del cepo cambiario para ahorristas. El presidente del Banco Central, Santiago Bausili, anunció que desde enero se actualizará según el último dato de inflación informado por el Indec. Pero la novedad no quedó ahí: también comunicó que el organismo comenzará a comprar un porcentaje diario de las divisas operadas en el mercado, con un máximo de 5%, como forma de asegurar la acumulación de reservas.
Los anuncios lograron traer alivio al mercado financiero, porque lo consideraron una reacción ineludible ante la evidente necesidad de reforzar y acelerar la compra de divisas. En paralelo, la actualización del techo de la banda -que hasta ahora se corregía al 1% mensual- permitirá ponerle un límite al proceso de apreciación cambiaria que se daba por el simple hecho de que, desde abril hasta hoy, la inflación siempre superó ese porcentaje.
Fuente: NA
Mariano Sánchez
El Central estima que el incremento de la demanda de dinero será el factor esencial que le permitirá comprometerse a comprar reservas sin tenar que lidiar con el efecto monetario de la emisión de pesos.
Nadie imagina que este esquema resuelva el problema en dos o tres semanas. Pero al menos es una forma de reconocerlo y actuar en consecuencia. El equipo económico tiene que acordar un crédito externo con bancos por al menos u$s 3000 o u$s 4000 millones para completar el vencimiento de deuda que debe saldar en enero.
Pero en su estrategia secuencial, antes de llegar a ese punto decidió sembrar algún anuncio previo que le permitiera reducir aún más el costo de la emisión. En algún momento se pensó que la emisión del Bonar 2029 podía causar ese efecto, pero no borró del todo las dudas del mercado. Tampoco la chance de que se vote en diciembre el Presupuesto.
Caputo, hay que reconocer, había deslizado durante su último paso por Nueva York, que antes de fin de año iban a dar a conocer una hoja de ruta cambiaria y monetaria más precisa. Pero su defensa a ultranza de las bandas cambiarias chocaba contra esa promesa de dar nuevas certidumbres.
Hoy, con el esquema comunicado, los inversores ya saben que el techo del dólar se moverá 2,5% en enero y probablemente suba otro tanto en febrero (en consonancia con el IPC del último mes del año). Eso no implica que suba el tipo de cambio, pero al menos ofrece un sendero de corrección menos opresivo para la economía real, ya que sostiene un incentivo constante para los exportadores y genera un freno parcial al aumento de las importaciones.
Este esquema puede aportar estabilidad en el corto y mediano plazo, aportándole tiempo al Gobierno para avanzar con el Presupuesto y las reformas estructurales. Para los analistas, el Ejecutivo aceptó darle menos velocidad al proceso de baja de la inflación, a cambio de un mayor ritmo de compra de reservas. Allá vamos.