Y finalmente, llegó el día "D" para una muy demorada superfinal de la Copa Libertadores de América, que en forma imprevista debió mudarse al estadio Bernabéu de Real Madrid. La agresión al micro de Boca en las cercanías del Monumental, dejó una mancha imborrable para el fútbol sudamericano. Las reuniones entre los dirigentes de la Conmebol y Gianni Infantino fueron determinantes a la hora de evitar un daño mayor al espectáculo que se mira por TV.

Los nuevos estatutos de la Conmebol (2017) declaran entre sus objetivos: (I) Promover el fútbol en Sudamérica en un espíritu de paz, comprensión y juego limpio. (II) Tutelar, controlar, organizar y dirigir los partidos a jugarse en Sudamérica. (III) Asegurar que las competiciones se desarrollen "sin comportamientos violentos o inapropiados que pudieran poner en peligro la integridad física de las personas, aficionados y público asistente a los encuentros". (IV) Asegurar que los valores deportivos prevalezcan siempre sobre los intereses comerciales". Pese al texto de los estatutos fundacionales de la entidad madre del fútbol sudamericano, la decisión de jugar en Madrid fue calificada de "institucional", más allá de las cuestiones disciplinarias, por iniciativa del presidente de la FIFA.

Con el correr de los días se abrió paso una polémica incesante, en medio de las acusaciones y descargos entre justos y pecadores desde uno y otro club. La primera en sentirse orgullosa fue la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena: "Nos sentimos orgullos de pensar que se elige esta ciudad por ser segura y por ser una ciudad tan acogedora", dijo la funcionaria en una entrevista con la Cadena Ser. Entre las voces críticas del cambio de sede, se lo escuchó a César Luis Menotti (ex DT de Boca y de River): "El partido se debió jugar el mismo día que estaba estipulado en el estadio de River. A mí me han apedreado también cuando iba en el bus del Barcelona cuando fuimos a jugar ante el Espanyol. Esto no quiere decir que no lo condene, pero estas cosas siempre han pasado a causa de gente que no está en su sano juicio. Pero es normal, no es suficiente para faltarle el respeto a 60.000 personas, que estaban a las seis de la mañana esperando en la cancha de River para comprar su entrada; familias con niños, un 30% viene del interior, que había reservado hoteles, había tomado un bus para llegar a la capital".

Y concluyó el DT campeón del mundo en 1978: "Este es un cierre de año lamentable, muy lamentable, pero el mundo de los negocios está devorando todo. La decadencia de la desculturización es tremenda y no hacemos nada por corregirla. Vale más la recaudación que el contenido y así nos va".

Tras el fracaso de Boca, que buscó una medida cautelar urgente del Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) para no jugar el partido, insistiendo en ganar la Copa por descalificación de River, el periodista Jorge Lanata logró que Angelici (Boca) y D Onofrio (River) se dieran un abrazo para la foto. En una entrevista para el programa PPT del canal 13 de TV, Angelici responsabilizó al Estado por la violencia de los barras en los estadios argentinos "porque es el que detenta el Poder de policía". En tanto, D´Onofrio tildó de papelón al traspaso de la final de la Libertadores a España, y sorprendió haciendo un símil de lo ocurrido en Buenos Aires con el "11S" de Nueva York, en el sentido de "un antes y un después" que jamás debe volver a repetirse.

"No les gustó que les preguntara de los barras a ninguno de los dos. El mensaje de ellos fue que acá primero tiene que actuar el Estado. Pero yo pienso que cuando pasa algo vergonzoso tienen que decirlo, para demostrarle a la gente que eso está mal", apuntó Jorge Lanata. Días atrás, el presidente de River se había quejado desde Madrid: "Considero que la AFA no defendió al fútbol argentino. No a River, a River y a Boca, y al fútbol argentino, para que el partido se jugara en River o en otro estadio, pero nos votó en contra en la Conmebol".

A la hora de rodar la pelota, el partido fue parejo en el tiempo reglamentario (1-1), y fueron al suplementario. La expulsión de Barrios, más las lesiones de Pérez y de Gago, le dieron a River el plus del campeón. El plantel de Boca pareció sentir física y mentalmente el desgaste tras la postergación de la revancha. Los directivos boquenses antes del partido habían anunciado que seguirán con su apelación ante el TAS, olvidándose del mérito deportivo de sus seis copas de América ganadas. Por una paradoja del destino, a River le tocó salir indemne a pesar de las sanciones y de tener que jugar en el mítico Bernabéu. Quizás sea una forma de homenajear al libertador José de San Martín, quien murió en Francia, tras veinte años de exilio.