La emergencia alimentaria debe ser abordada en forma urgente por el Congreso. El tema en cuestión hace crisis porque se hace difícil comer todos los días. El año pasado presentamos con el senador José Alperovich un proyecto para declarar la emergencia alimentaria, pero la iniciativa duerme el sueño de los justos porque el oficialismo se niega a tratarlo. Mientras el hambre golpea las mesas de nuestro pueblo, el oficialismo se niega a brindar soluciones concretas a quienes más lo necesitan.
Hasta la llegada de Mauricio Macri al gobierno, las políticas alimentarias venían permitiendo a las familias comer nuevamente en el hogar. Es más, en muchos de los casos el sistema permitió que se pasara de entregar alimentos a entregar tarjetas que posibilitaran a las familias comprar esos alimentos; es decir, un programa de ingresos.
Más aún, la Asignación Universidad por Hijo y por embarazo vino a reconocer en parte el esfuerzo de las familias por tener esos recursos, y está destinado casi en exclusividad a los alimentos, vestimenta para la familia y la posibilidad de mandar los chicos a la escuela.
La ley de microcrédito y el Monotributo Social, dan la oportunidad de incorporarse a los trabajadores y a los emprendedores de la economía social a integrarse a la economía formal, con la posibilidad de crecer, desarrollarse, y poder tener una pequeña empresa, una empresa familiar. Es decir: tener ingresos propios, derecho a la jubilación y también a la obra social.
Según el registro del Ministerio de Desarrollo Social, hay miles de trabajadores cooperativistas en "Argentina Trabaja" y "Ellas Hacen". Esos programas fueron de capacitación trabajo y organización de cooperativas. Hoy todos sus elementos de crear organización se desmantelaron.
Cuando aprobamos la ley de emergencia social y alimentaria, estábamos trabajando ambos aspectos. Esa ley volvió de diputados con modificaciones. Las acompañamos, porque compartimos el criterio de ampliar derechos para los trabajadores informales.
Sin embargo, no ha quedado saldado el aspecto referido a la emergencia alimentaria. En especial porque se aumentó el presupuesto para comedores comunitarios y merenderos, pero no así el de los comedores escolares, que están a cargo de las provincias.
El proyecto alimentario que presentamos planteaba que el 50% de los recursos que, hasta el momento, provenían del juego, de la Lotería Nacional que eran tres mil millones, fueran destinados a políticas alimentarias. El Poder Ejecutivo prefirió entregarlos a la Ciudad de Buenos Aires, para el soterramiento del ferrocarril Sarmiento.
Según la ministra Stanley eso era urgente. Cada uno evaluará sobre las prioridades.
No es un tema menor plantear una cuestión de asistencia tan importante y elemental como la leche en los centros de atención de salud, o todo el sistema de vacunación; es decir, las cuestiones vinculadas con la promoción y la prevención de salud, de tal modo de garantizar lo que se dice que queremos garantizar: que los chicos vayan a la escuela, que se alimenten, que jueguen, que puedan vivir una infancia y una adolescencia en condiciones de mayor incorporación e inclusión.
El acceso equitativo a los alimentos es condición necesaria para el crecimiento y el desarrollo. Necesitamos el aumento del presupuesto alimentario Ya!.