Si el dato de inflación de mayo consigue perforar por primera vez en la gestiónMilei el piso de 2%, tal como espera el propio Presidente, es probable que aporte la cuota de confianza que necesita la economía para consolidar su recuperación. Junio puede ser, en ese sentido, un mes bisagra, ya que por un lado el sendero que muestran los precios en estos primeros diez días ratifica la tendencia bajista, y al mismo tiempo la llegada del aguinaldo revelará que desean hacer los asalariados con sus pesos: gastarlos o reforzar su colchón. Solo hay que recordar que en abril tras el levantamiento del cepo para ahorristas, en apenas dos semanas se compraron u$s 2000 millones. Como dejó a la vista ayer en Indec con los datos de abril (que en industria y construcción mostraron recuperación frente a marzo), el nivel de actividad mantiene un ritmo razonable pero muy dispar. Hay sectores que corren, otros que caminan y algunos que se mueven poco y nada. El desplazamiento de la masa de ingresos a rubros que antes tenían menos peso en el gasto de las familias, como los servicios públicos y privados, hizo que se ajustaran las prioridades a la hora de usar la billetera. En estos últimos meses el crédito venía funcionando como palanca de apoyo. Pero en elsistema financiero perciben que si impulso perdió fuerza. El aumento en la mora, sin ser preocupante aún, es una señal en ese sentido. También afectaba un encarecimiento de la tasa, necesario para seguir captando depósitos. En este contexto, el equipo económico resolvió actuar para despejar el ruido en torno al nivel de reservas y ayer anunció un crédito Repo por u$s 2000 millones, la emisión de deuda interna en dólares y la salida de la cuarta serie de Bopreal. Se trata de señales con las que apunta a acercarse a la meta que se fijó con el FMI y a seguir reforzando el sendero de desinflación. El mercado debería darle una respuesta positiva a través del precio de los bonos y la mejora del riesgo país. Los anuncios ayudarán a sacar del foco alPlan Colchón, un cambio de régimen que podía convertirse en una eficiente rueda de auxilio pero que dependía de que el Ejecutivo logre hacer aprobar la ley que garantiza su sustento. Hará el intento, pero queda por ver como juega la política en estas semanas en las que la Casa Rosada debe resolver el veto a una norma que sube el gasto y, por el otro lado, abrir un poco la mano para persuadir a los gobernadores. El Congreso es una caja de resonancia en la que también es probable que impacte el destino judicial y político de Cristina Kirchner. Si la Corte Suprema adopta una decisión sobre su condena en la causa Vialidad el peronismo deberá tomar partido. En un mundo que de la mano de Donald Trump se puso complicado, la política argentina también puede crear su propio cisne negro.