Si la mejor estrategia para defenderse es un buen contraataque, Javier Milei se subió a esta máxima pero -para ser políticamente correcto- se le fue la mano. A la campaña del miedo que acusa en su contra, -y bien al estilo del libertario, es decir llevando todo al extremo- retrucó con la campaña del terror. Y ya no contra un candidato, sino contra un sistema. El candidato de La Libertad Avanza comenzó desde hace ya varios días a agitar la idea de que algo raro ocurrirá el domingo. No se atreve a hablar directamente de fraude, pero sí deja entrever que los problemas que su fuerza tiene para fiscalizar le podrían jugar en su contra. Incluso, sostiene que las irregularidades ya se dieron en las generales, y que incluso eso provocó que finalizara segundo, a varios puntos de distancia de Sergio Massa. "Nos afanaron boletas en 5.000 mesas", dijo tras las elecciones, una postura que no solo mantiene sino que, insiste, el 19 se repetirá. Tanto, que logró que la Justicia Electoral le aprobara a sus fiscales el pedido de acompañar el recorrido de las urnas tras el balotaje. Del otro lado, la Justicia Electoral Nacional por la provincia de Buenos Aires aclaró hoy que la "provisión y reposición de boletas" es exclusiva responsabilidad de los partidos. "En los últimos 40 años de democracia de la Argentina, lapso en el que se llevaron a cabo 10 elecciones presidenciales, no se verificaron maniobras de fraude", sostuvo la directora ejecutiva del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), Gala García Langou. Milei elige ensuciar un sistema, en este caso el democrático, para no exponerse tan abiertamente a una posible derrota, aunque incluso ya podría quedar manchado si el resultado lo da como ganador ¿Valdrá menos, entonces, esa posible victoria? ¿Pedirá el recuento pese a ser elegido Presidente? Puertas adentro de La Libertad Avanza la ebullición se aplacó bastante tras el debate. Si bien en las bases se entiende que le hecho de quedar cómo "víctima" o "amateur" le suma, lo cierto es que entre los principales referentes la lectura es más cruda y observan que las cosas no salieron bien. Esto, analizan, podría llegar a tener alguna incidencia en los resultados finales del domingo, algo nada positivo en una elección que se prevé tan apretada. De ahí responder con una campaña que pone grises sobre la Democracia ante una supuesta campaña del miedo, hay demasiado terreno en el medio.